Desde que bono dejara en la estacada a Zapatero al Ayuntamiento de Madrid e hiciera que el PSOE pasara por uno de los mayores bochornos de la historia, la relación se ha enfriado. Esta semana, Bono se ha atrevido a cuestionar el sacrosanto suspenso del trasvase del Ebro, apuntando que esta podría ser la solución. ¿A Ud. que le parece?, le preguntan a la vice tras la rueda de prensa del Consejo de Ministros.
De la Vega no se sentía muy cómoda con la pregunta. Ya conoce ud. la posición de este Gobierno; desde esta mesa del Consejo no comento las declaraciones de nadie. O sea, estoy muy cabreada con Bono que en vez de ayudarnos a remar se dedica a ponernos piedras en los zapatos.
Y para salir del paso, De la vega asegura que el gobierno está haciendo una buena gestión del agua porque a pesar de la sequía de los dos últimos años, no ah faltado agua para el abastecimiento. Estamos cambiando la cultura hacia el ahorro, avanzando en el camino correcto. Bla, bla. Eso sí, al menos reconoce que el gobierno no controla si llueve. Y bien que le fastidia.