- El Gobierno portugués, dispuesto a aceptar la oferta la Altice de 7.025 millones de euros por la compañía lusa.
- Ahora bien, esto repercute sobre la brasileña Oi y Dilma Rousseff no está dispuesta a que la operadora carioca más importante pierda peso en el mercado.
- Una vez se aclare esta cuestión -la compra de Portugal Telecom por parte de Altice-, la presidenta brasileña decidirá el mapa de las telecos en el país.
- Todo apunta a un trío de ases que serían Claro (America Móvil), Vivo (Telefónica) y Oi.
- Ahora bien, Brasil es un chollo pero a medio plazo: hay mucho que invertir.
La configuración final del mapa de las telecos en Brasil depende, en estos momentos, de una operación: la venta de Portugal Telecom (PT), que ya tiene sobre la mesa la oferta del grupo francés Altice, de 7.025 millones de euros. La oferta, aunque cuantiosa, no convence a los sindicatos, que temen un drástico recorte de puestos de trabajo. Por eso, la compañía francesa se ha comprometido, incluso, a crear 4.000 empleos en suelo portugués mediante el traslado a aquel país de los centros de atención al cliente. Ya veremos, porque la creación de esos puestos no significa que no vaya a recortar empleos en PT.
Lo que está claro es que Altice no quiere heredar los problemas de PT. Por eso, su oferta no incluye los activos de la teleco en África ni los títulos de deuda de Rio Forte, ya saben, la compañía del grupo Espirito Santo que no pudo pagar los 900 millones de euros que debía a la operadora y que han desatado toda esta situación. Tampoco comprende la autocartera de Oi ni los vehículos financieros de PT, según consta en el comunicado remitido este domingo por el grupo francés.
En cualquier caso, la operación PT–Altice marcará el futuro de las telecos en Brasil. Futuro en el que debe tener un papel significativo la brasileña Oi. Así lo quiere la recientemente reelegida presidenta, Dilma Rousseff. Sus compatriotas no entenderían que dejara el sector de las telecomunicaciones en manos exclusivamente extranjeras.
Por eso, una vez se aclare la compra de PT por parte de Altice, la presidenta brasileña decidirá el mapa de las telecos en el país. Todo apunta a un trío de ases formado por Claro, de América Móvil, propiedad del mexicano Carlos Slim, por Vivo, filial de Telefónica, y por la brasileña Oi, fortalecida tras la venta de PT. Para que queden estos tres jugadores se debe despejar la incógnita de TIM Brasil, la filial de Telecom Italia.
Según la prensa brasileña, América Móvil, Telefónica y Oi se habrían puesto de acuerdo para lanzar una oferta y dividirse los activos de TIM, la segunda operadora de móvil de Brasil. En cualquier caso, cada una de las tres compañías afronta la operación en momentos bien distintos. Telefónica está pendiente de completar la integración de GVT; Slim ve cómo la operadora que preside César Alierta podría sumarse al acuerdo por TIM –en septiembre, el magnate mexicano inició conversaciones con Oi-, y la brasileña sigue esperando a la venta de PT.
Si algo demuestran todos estos movimientos es el potencial que tiene el mercado brasileño. Pero cuidado, porque Brasil es un chollo, pero a medio plazo. A corto plazo, el país carioca exige inversiones millonarias, y no sólo en telecomunicaciones. Además, todos los indicadores apuntan a que el crecimiento del país será menor del esperado en los próximos años. Y la reelección de Rousseff tampoco ayuda mejorar las expectativas.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com