Con la finalidad de proporcionar a los alumnos afectados por el huracán Katrina una educación similar a la que recibían en Nueva Orleans, donde un segmento amplio del alumnado asiste a colegios católicos, el presidente Bush ha lanzado un programa de cheque escolar para alumnos desplazados por esta causa. El cheque, financiado con fondos del gobierno federal se podrá gastar en cualquier escuela privada, confesional o no.
Desgraciadamente esta acción no ha sido noticia en los grandes medios, pero personalmente me parece una medida acertada por dos razones: Una porque se trata de una ayuda para mantener el nivel educativo de los niños y jóvenes damnificados y, segunda, porque se aplica un sistema válido y equitativo para alumnos y centros docentes que facilita la libertad de elección de centro a los padres.
Con todo lo que se ha dicho y escrito sobre el Katrina y sus efectos, es extraño que esta nueva noticia no haya sido publicada en los medios ni comentada por los columnistas que tanta leña hicieron.
Enric Barrull Casals
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