Gran cantidad de empedernidos pesimistas acusan a nuestro actual Gobierno de improvisar y gobernar a base de impulsos irreflexivos; nada más lejos de la realidad.
Nuestros ministros y presidente de Gobierno, aunque no lo parezca, son grandes previsores del futuro y viendo que el euro está en peligro ya han tomado medidas para la posible sustitución de la moneda única. No crean que se volvería a la peseta, en un Gobierno de carácter eminentemente progresista eso sería impensable, pues representaría una regresión y lo primordial es progresar sea como sea. De este modo han pensado cambiar el euro por una nueva moneda que sería El café. Para hacer el cambio de euros a cafés se establecería el siguiente cambio irrevocable: 1 café = 1.30 euros. Con esta conversión un sueldo medio de 1.500 euros pasaría a ser 1153.846 cafés.
Verán que aparecen cifras decimales lo que representa cierta dificultad. Mas nuestros ministros, que todo lo tienen estudiado, han determinado que si se sobrepasa las 500 milésimas de café se cambiarían por un azucarillo, de no llegar a tal cifra se consideraría despreciable y repercutiría en las arcas del Estado. Resumiendo: que con azucarillo o sin él nos esperan muchos y muy amargos tragos.
Manuel Villena Lázaro