La Reserva Federal norteamericana subió el precio oficial del dinero hasta el 3%. Sin embargo, 24 horas después, en la mañana del miércoles 4, el Banco Central Europeo decidió mantenerlos en el 2%. Dicho de otra forma: a los norteamericanos les empieza a preocupar la inflación, pero a los europeos les sigue preocupando el crecimiento económico.
Es más, cada vez son más las voces que hablan, no de subir los tipos en Europa, sino de bajarlos. Porque la economía europea se niega a crecer.