Sr. Director:
La gran pregunta que subyace a propósito de las movilizaciones juveniles en toda España, que empezaron el tercer domingo de mayo, es si después del siniestro 13-M de 2004 se pretendía montar un 15-M para desviar el sentido de las elecciones del domingo siguiente (22 de mayo).
La gran pregunta que subyace a propósito de las movilizaciones juveniles en toda España, que empezaron el tercer domingo de mayo, es si después del siniestro 13-M de 2004 se pretendía montar un 15-M para desviar el sentido de las elecciones del domingo siguiente (22 de mayo).
Por supuesto, no estábamos ante la misma situación de hace siete años, tras el peor de los atentados terroristas cometidos en nuestro país. Pero sí estábamos asistiendo ya a un intento de manipular a los jóvenes para canalizar su indignación hacia una descalificación global de la oposición. Como paradigma de cinismo oportunista tenemos las declaraciones del candidato socialista a la Comunidad de Madrid, Tomás Gómez, jaleando a los jóvenes concentrados en la Puerta del Sol para arrimar el ascua a la sardina de su proyecto político.
¿Veremos nuevos movimientos antes de la próximas generales o será suficiente con movilizar a los 15-M?
Jaume Catalán Díaz