Algo debe estar haciendo mal el Gobierno Rajoy cuando colectivos habitualmente poco amigos de las manifestaciones andan soliviantados: médicos, jueces o guardias civiles. En educación no. Bueno, son los funcionarios de la educación pública los que se manifiestan, no los de la privada. Algo debe tener el agua cuando la bendicen. Por cierto, que me ha sorprendido la benevolencia con la que los tertulianos han aplaudido la invasión del Senado por parte del personal sanitario. Por muy pacífica que haya resultado dicha invasión, han llegado más allá que los del 25-S, quienes pretendían, en teoría, rodear el Congreso. ¿No quedamos en que eso era delito de tufo golpista?

Viene todo esto a cuenta de la reforma educativa de ministro del ramo, José Ignacio Wert. La reunión del martes con los consejeros de Educación demostró que la conseller educativa de la Generalitat tiene muy poca educación, con su espantada y su aún más ridícula obsesión de no hablar debajo de un escudo de España, cosa muy nociva para algunos nacionalistas.

Los nacionalistas catalanes están consiguiendo que media España odie a todos los catalanes pero ese es un pecado que lleva en sí mismo la penitencia. El ministro Wert, además, tiene algo de razón, cuando trata de defender la enseñanza en castellano en Cataluña. Pero eso es lo de menos.

Se puede formar a los niños en una serie de principios, por ejemplo principios cristianos, tanto en español como en catalán. En uno como en otro idioma se le puede enseñar a tener esperanza y a tener un sentido de la vida. Se les puede enseñar, por ejemplo, y si así lo desean sus padres, los fundamentos de la fe cristiana. Además, CIU, aunque ahora ande subido a la columna, no intenta, como el PSOE, hundir a la escuela concertada (conste que la conectada no es mi opción, mi opción educativa es el cheque escolar).

Ahí tenemos a Rubalcaba, mintiendo, con gran entusiasmo, acerca de que la Ley Wert exige reducción de gasto a la escuela pública mientras se aumenta el presupuesto de la privada. En primer lugar es falso, en segundo lugar no pasaría nada porque fuera cierto, dado que los padres, que es la clave, prefieren llevar a sus hijos a un colegio concertado que, encima, le resulta mucho más barato al Estado que el público, exactamente la tercera parte.

Volviendo a la reunión: me preocupa mucho más el PSOE que CIU. Doña Irene puede ser una maleducada pero me preocupa mucho más la reacción de la consejera de Educación de la Junta de Andalucía, Mar Moreno (en la imagen), para quien el PP entrega la educación "al mercado, a la Iglesia Católica (ya salieron los curas) en resumen, al pasado". Ya se sabe que la Iglesia, y el mercado, son el pasado para los gobernantes de 8 millones de andaluces, lo que recuerda aquello de que "Andalucía es un país con futuro y siempre lo será".

Sí, me quedó con el guiragay de la catalana Irene. Lo de la andaluza Mar Moreno es mucho más peligroso y más liberticida.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com