Sr. Director:
He leído por Internet su columna de lo que comenta de Letizia Ortiz,  actual princesa de Asturias y estoy de acuerdo en todo lo citado. Verá, yo no entiendo de política, pero sí del comportamiento humano en cuanto a transmitir emociones, alegrías, mal estar, etc.

 

A esta mujer le hace falta tomar una buena vitamina de humildad, entre otras cosas, pero la humildad hace mover a la persona a no ser prepotente ni altiva. La reina y las infantas nunca se han comportado de la manera que esta mujer lo hace. Y ellas sí son de sangre real. Letizia siempre le pesará dentro suyo, que aunque le llamen alteza o quizá algún día majestad, siempre en el fondo será la plebeya que conquistó a un príncipe.

En fin, prefiero mil veces más a Elena que esta mujer de reina. No sé si España está de acuerdo conmigo pero muchas veces hablando de la monarquía hay muy poca gente que a  esta señora caiga bien, como vulgarmente se dice. No sé qué pasará pero yo estaría a favor de cambiarlo todo y que si alguien tiene que reinar que reinara Elena, no obstante larga vida al rey.

Dicen que el rey y el resto no la soportan; la verdad es que como familia ya no están tan unidos como antes y España esto lo ve. No se puede ocultar: su alteza real doña Letizia ha sido como un huracán para la monarquía. Espero que pueda leer mi pensamiento. La verdad es que todas las revistas la suben a la cumbre pero hay que oír al pueblo lo que realmente piensa, que para eso estamos en un país libre de expresión.

Damaris Garre