Que el tono del ministro de Economía aburre hasta a las ovejas, es algo sobradamente conocido. Pero sus lapsus resultan una novedad. En la presentación del proyecto de Ley de Modificación de Tasas, Pedro Solbes se ha mostrado torpe. Ha hablado de millones de pesetas, cuando se refería a millones de euros.
Pero lo más sorprendente ha ocurrido cuando se le ha preguntado sobre su opinión en relación a la petición de Iniciativa per Catalunya para que la Abogacía del Estado se personara en el juicio oral relativo a las cesiones de crédito del Santander. Ha señalado que la Abogacía del Estado no se personará en la causa. Después ha sufrido una especie de desmayo. Ha parado su discurso, ha comenzado a revisar sus "chuletas" y ha dejado unos silencios de espera que han resultado más que tensos y que han incomodado a sus compañeros de mesa: Bono y Caldera.
Al continuar, ha señalado que "no estará presente en la causa". No sabemos si personarse y estar presentes es algo distinto jurídicamente. Más bien parece que no, por lo que no se entiende bien la voluntad de Solbes de hilar fino. O sí, que diría Rajoy.