Schumpeter llamaba a esto el principio de la destrucción creadora: mientras destruimos cosas, es necesario reconstruirlas, y la actividad se mantiene. O sea, lo que decía mucho antes que el economista el refranero español: "mientras van y vienen no falta gente en el camino". Lo que pasa es que es mejor ir para algo y regresar con los deberes hechos. La eficiencia no está negada con la economía. Y lamentablemente el mundo tiene demasiados déficits para dedicarnos a jugar a las construcciones.
Por otra parte, está por ver si el juego de "doble o nada" iniciado por Sharon y -desautorizado por Netanyaju- tiene éxito. En la entrevista que este viernes 26 de agosto publica ABC, Mahmud Abbas, exige para garantizar la paz el desalojo de Cisjordania. Y por si fuera poco, advierte que si de verdad se quiere ser demócrata, habrá que aceptar un eventual triunfo de Hamas en las elecciones. O sea, que quizás los palestinos se hayan embarcado en una reivindicación permanente al modelo nacionalista catalán o vasco.