El 14 de febrero Cuevas anunciará su marcha de la presidencia de la CEOE. Gerardo Díaz, dueño de Marsans, es el candidato mejor situado para sustituirle. Su cercanía a Aguirre indica las buenas relaciones entre la presidenta de la Comunidad de Madrid y el mundo del dinero, un factor clave si Esperanza quiere ser la primera presidenta del Gobierno. En sus 23 años de presidencia en la CEOE, Cuevas ha contribuido a reducir la conflictividad laboral. Las relaciones con el Ejecutivo Zapatero no han sido las mejores a cuenta de la OPA de GN y las tensiones nacionalistas
El presidente de la patronal CEOE, José Maria Cuevas, anunciará en la junta directiva del próximo 14 de febrero su renuncia a la presidencia de la CEOE. No obstante. Quien tiene más papeletas para sustituir a Cuevas será el presidente de los empresarios de Madrid (CEIM), Gerardo Díaz Ferrán, dueño de Marsans y hombre muy cercano a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.
De esta forma, la presidenta engorda sus relaciones con el poder económico, afianzado su carrera hacia la presidencia del PP y la candidatura al gobierno de España. Curiosamente, han sido los Marsans quienes se han hecho con Air Madrid, después de que fuera la Espe la madrina uno de sus destartalados aviones. O sea, que todo queda en casa y aunque la presidenta tiene dificultades para llegar a fin de mes, las relaciones con el mundo del dinero, por lo que se ve, se le dan tan bien hasta para conseguir que su empresario de cámara no sólo se haga con el control de la patronal, sino que consiga el favor de la ministra socialista de Fomento, Magdalena Álvarez.
Y es que, ya saben, el dinero no tiene color. Y si no, que se lo digan a Emilio Botín, socialista de toda la vida, como es bien sabido, que mantiene una estrecha relación con el Ejecutivo Zapatero y ha logrado salir indemne de sus contingencias judiciales. Cosas de la tan traída y llevada independencia judicial.
Aunque el relevo de Cuevas informa Intereconomía- no se materializará hasta junio, es hora de hacer balance. Cuando llegó a la presidencia, en España se perdían 160 millones de horas por conflictos laborales; hoy se pierden sólo 9 millones de horas. España ha cambiado. Y no sólo por Cuevas, pero también gracias a él. La labor de pacificación social y concertación es en parte suya. Haber conseguido mantener un nivel razonable de relación con todos los gobiernos, también es suya y así lo reconocen los secretarios generales de UGT y CCOO, Cándido Méndez y José María Hidalgo, respectivamente.
Este es el haber. En el debe, se encuentra la incapacidad para haber realizado un relevo antes: 23 años al frente de cualquier institución son demasiados, y no hay nada peor que considerarse imprescindible. Todos somos necesarios, pero ninguno es imprescindible. Además, en los últimos tiempos se ha enconado la relación con la patronal catalana Fomento del Trabajo, hasta límites en los que se llegó a plantear la independencia de Fomento de la CEOE.
Tampoco ha ayudado sus interferencias con el gobierno Zapatero. La censura a la OPA de Gas Natural calificándola de OPA a la catalana, las criticas a la Ley de Igualdad en lo que a los consejos concierne y la censura del Estatut catalán por considerarlo quebrador de la unidad de mercado, no han ayudado a mejorar la relación. Visibilizar a la CEOE como oposición al gobierno tampoco es positivo para la patronal.
Probablemente tenía razón en la crítica. Pero no era necesario tanto desmelene en su concreción. Así que ahora toca rehabilitar esa relación. Lo que no es verdad es que Cuevas estuviera modificando los estatutos de la patronal para afianzar su presidencia, como se ha afirmado. Más al contrario, se pretendía actualizar la normativa para darle más transparencia y participación, como señaló Cuevas a Hispanidad.
Pasados los hechos, parece claro que Cuevas estuvo preparando su relevo desde que en febrero de 2006 fuera reelegido presidente de la patronal. Ahora le queda a su sucesor dar estabilidad suficiente a esta institución para que pueda seguir ejerciendo su labor de concertación social.