Durante la jornada del domingo 22 de enero se celebraron sendas misas "por las víctimas del genocidio cubano bajo el régimen de Fidel Castro". La iniciativa parte del Comité Organizador del Memorial Cubano, con sede en Miami. Mientras tanto, el régimen castrista sigue ahogando las actividades de las empresas privadas. De momento, 50 empresas mixtas no han podido renovar sus licencias. Son los costes de pactar con un régimen, cuya seguridad jurídica es cercana a cero.
Pero la restricción no se aplica sólo sobre las sociedades de capital conjunto, sino también sobre los "cuentapropistas" que operan en la isla. Aquellos cubanos que alquilaban alguna habitación de su casa para acoger a los turistas acaban de recibir una restricción que limitará a dos la cifra máxima de camas disponibles por casa. Además, aquellos que alquilen habitaciones, no podrán regentar al mismo tiempo un "paladar", una especie de restaurante casero cubano, tolerado y regulado por el régimen.
Y, por si fuera poco, aquellos que regenten "paladares" deberán de justificar los alimentos de que disponen en sus frigoríficos. Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) ya han empezado a "informar" a los "cuentapropistas" de las nuevas condiciones impuestas por el régimen. Una información que recuerda demasiado bien a la que proporcionan los "piquetes informativos" de los sindicatos españoles.
Expertos en la dictadura castrista interpretan las nuevas medidas dentro de la animadversión enfermiza del dictador hacia el "capitalismo". Sin embargo, en paralelo, el régimen ha abierto la puerta para que los disidentes puedan regresar a la isla. Se trata de una medida que permite al castrismo ingresar muchos dólares en términos de visa, pero que, en la mentalidad castrista, supone un riesgo importante para la integridad de la "revolución". Porque, obviamente, los disidentes hablan con sus familias sobre la "demoníaca" forma de vida occidental aumentando el sentimiento carcelario de los habitantes de la isla.
En paralelo, han comenzado ya los comités de discusión sobre el proyecto constitucional redactado por el presidente del Proyecto Cultural Varela, Oswaldo Payá. Todavía no hay fecha prevista para presentar las conclusiones, pero el debate está siendo intenso porque el proyecto constitucional no contempla ni el desmantelamiento del actual régimen ni la "retroactividad" de la propiedad. Es decir, modelo de transición español donde las mismas cortes franquistas protagonizaron el famoso "hara-kiri" facilitando el acceso al régimen democrático.
Sin embargo, expertos consultados por hispanidad.com señalan que el modelo español no es exportable a Cuba, porque en Cuba "no hay ni amago de Estado de Derecho". No es válido el Código Penal, ni las Cortes, ni el sistema judicial, por lo que la transición necesariamente debería ser rupturista. Un criterio que comparte Payá, pero que, de momento, todavía no ha verbalizado.