Sr. Director:
Un país es lo que sus dirigentes quieran que sea, o por lo menos lo que ellos intentan que se parezca a un país.
Desde hace años los países europeos están en una espiral decadente. No solo porque la crisis haya sacudido a todos ellos, también porque sus regentes no son capaces de ponerse de acuerdo en las políticas monetarias, ni sociales; En verdad, no se ponen de acuerdo en nada. Tal vez si los esfuerzos se dirigiesen a consolidar sus mercados y a unificar los criterios de la zona euro, esta crisis se podría resistir. Los europeos pecan de no estar nunca unificados, y esto sin mencionar que dentro de cada país, se divide en muchas ocasiones en llamados países o comunidades.
El sueño de una Europa unificada y centrada en un solo territorio, jamás se hará realidad. Este mundo es un mundo ya viejo, donde pesan mucha los conflictos territoriales y políticos. En el nuevo mundo, tampoco se andan a las buenas. Como en Europa, las políticas son más de personificar todo según que ideología o programa político, que de trabajar las necesidades sociales; pero aquí sí que se unifica una idea, culpar a Europa de la crisis mundial. USA creó la decadencia y magnifico la crisis, donde estuvimos a punto de caer en el abismo mayor de la historia, el crack de las bolsas. Pero dice ser el salvador de todo. Demasiadas empresas privadas de banca juegan a crear el pánico o sucumbir a los mercados según las necesidades o acuerdos. Aquellos que crearon esta crisis, son los que siguen manejándola a su antojo.
Con esta filosofía, jamás se podrá soñar con una unión europea unificada. Demasiadas lapidas pesan sobre esta idea. Grecia no podrá hacer frente a su compromiso con Europa, y esto va a costar demasiados empleos y carencias sociales, aun así, se proyecta nuevas medidas de salvación. Tal vez queriendo demostrar a los mercados que Europa sabe moverse. Países como Irlanda están por encima déficit permitido, Francia e Inglaterra como toda Europa en una crisis constante. Y España e Italia en un punto de mira no solo europeo, sino también como cabeza de turcos (lo de Turquía es algo más) para estados unidos. Y así toda Europa.
En concreto en España, esta crisis se agravó con la llamada explosión de la burbuja inmobiliaria, y con unas políticas de gestión comunitaria, que más que una política parece una carrera, para llegar los primeros a no se sabe dónde. Pero siempre a cuesta de los lomos del pueblo.
No hemos sabido encajar los cambios económicos, pero tampoco los cambios sociales. Esto ha hecho que este país, pase de ser uno de los que mejores políticas sociales poseía, a ser un país pobre en estas estrategias. Con la crisis, aquellos que vieron la oportunidad de romper con los servicios públicos, y crear un mercado privado en estas asistencias han triunfado. Los recortes en las políticas y sistemas sociales son más que evidentes, y si nadie o el pueblo no intervienen, los pilares del bienestar se vendrán abajo.
Los mercados financieros mueven los hilos, para seguir creando una sociedad consumista y de beneficios financieros. Viendo que atrás se podría quedar la sociedad planificada alrededor del todo poderoso don dinero, y a sabiendas que ya se demostró que esto era no factible al pueblo, se ha puesto en marcha la maquinaría de la mentira y demencia social; pues demostrar que otra sociedad es posible no beneficia a nadie, es decir, a los poderosos.
Por todo esto un punto de vista de apoyo y unificación social, en Europa es ya forzoso. Los partidos políticos y sus dirigentes deben de unir las llamadas políticas de ayuda. Los recortes sociales no pueden ni deben de darse. Solamente la austeridad política y económica, en lo inservible, haría conspicuos a los políticos.
Francisco J. Cebrián Córdoba