En la SER se ha comentado la muerte de la hermana de la princesa de Asturias, Letizia Ortiz, y se ha debatido cómo ha de ser el tratamiento que los medios de comunicación han de hacer sobre esta noticia. No tengo interés y no conozco a nadie que ayer conectase con el deseo morboso de conocer cómo murió la hermana. Y si hay que respetar algo, ese respeto se debe aplicar a todos los ciudadanos españoles. Y hay que informar de la Casa Real cuando sean actividades de carácter público. Su entorno y su vida privada nos importan bastante poco, decía un tertuliano.
Carlos Elordi contaba que hace unos doce años, en Francia, el primer ministro de Miterrand, se suicidó. Se especuló y se supuso que la enorme presión a la que había sido sometido, porque fue acusado de corrupción, en Francia entera todos los periódicos empezaron un debate sobre el suicidio de este hombre. Sobre los cabritos que le habían obligado a quitarse la vida. Un debate extraordinario sobre el suicidio.
Carlos Francino opinaba que la noticia del fallecimiento de Erika Ortiz tiene todos los elementos de una noticia. Otra cosa es que luego haya que pararse.
Y Enrique corroboraba: esto es noticia, materia noticiable y hay que dar hechos probados, información objetiva, y luego está el marco. Que hay que contextualizarlo, y ahí es donde se cuela el mal periodismo, cuando se manipula la realidad interpretándola sesgadamente.