Lo dijo Artur Mas (en la imagen) y viene a resumir esa posición cogida por los pelos del nacionalismo catalán, que ha encontrado en la independencia una forma de llenar su vacío existencial, filosófico e ideológico.
Porque vamos a ver: España no es otra cosa que los españoles, como Cataluña no es otra cosa es que los catalanes. ¿Y el Estado español Pues lo mismo, son los españoles políticamente organizados. ¿Cómo es posible querer a España y desconfiar del Estado español si es lo mismo El Congreso también es Estado español y en él hay nacionalistas catalanes. ¿Tampoco de ellos se fía Artur Mas Es como esos artistas que se niegan a actuar "en el Estado Español". A lo mejor es que tocan sus instrumentos en el Ministerio de Exteriores.
El señor Mas podría haber dicho que no se fía del Gobierno español. Eso sería más lógico pero, claro, no hubiera sido suficiente. Y esto por una sencilla razón: los gobiernos pasan y entonces Mas podría dejar su reclamación independentista para tiempos mejores, para cuando hubiese un Gobierno más afín a sus demandas. Pero no se trata de eso, ¿verdad
Son de agradecer las palabras de Mas. Por vez primera le veo hablando de afecto hacia España, pero, al mismo tiempo, no hace sino resaltar la propia contradicción interna de un hombre que, al igual que buena parte de los catalanes secesionistas, lleva años buscando agravios de Madrid para justificar su postura. A veces, los independentistas los encuentran ciertamente, y a veces se los inventan.
Para entendernos, los catalanes que de verdad quieren independizarse de España no alcanzan, ni de broma, el 25%, y eso que han crecido desde el último cuatrienio. Pero el 100 por 100 de los catalanes son catalanistas.
El problema de CIU es que para negociar su catalanismo con Madrid -que podría solucionarse con un acuerdo fiscal- amenaza con la independencia para obtener el acurdo. Al mismo tiempo, aseguran que Madrid tiene a pelota en su tejado y debe ser Rajoy quien tome la iniciativa. Y hasta cierto punto es verdad pero Mas debe comprender que a nadie le gusta negociar bajo presión. ¿Como me amenazas con la independencia tengo que concederte el concierto Eso es difícil de aceptar porque se vive como un chantaje... porque en parte es un chantaje.
Por esa razón, el ministro Margallo, el que mejor comprende el problema catalán, aunque le pese al centralismo, dice que Cataluña necesita un concierto a la Navarra pero que, ojo, CIU debe decir 'pròu', basta, me conformo con el concierto, ya no pido nada más.
Por lo demás, resulta divertido el nuevo deporte nacional -perdón, español- de interpretación de las palabras y los gestos del nacionalismo catalán. El PSOE se agarra a la pata del águila en pleno vuelo para enfatizar que Mas quiere un referéndum "dentro de la legalidad". El PP, en buena parte, al igual que muchos españoles, hartos de peticiones, clama venganza y espera la caída de Mas. Pero el PSOE pide una España Federal -o sea, más café para todos, que es lo que no quieren los catalanes- y espera la caída de Mas, es decir, alentar que el catalanismo pase de CIU a ERC, es decir, de la sensatez a la majadería.
Insisto, el problema de Cataluña no es político sino moral. Los independentistas quieren llenar un vacío, el que ha producido la descristianización de Cataluña (sí, y de toda España). Pero ese vacío, en verdad existencial, no es posible llenarlo con una campaña por la independencia ni con la consecución de esa independencia. Se trata de otra cosa. Se trata de recuperar la fe cristiana que es la que ha mantenido unida a Cataluña y a España.
Eulogio López
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