Por otra parte, Batasuna trata de "acumular fuerzas" de cara a un eventual proceso de regreso a las instituciones. La situación de facto en muchos ayuntamientos vascos es que los batasunos ejercen labor de control como si fueran cargos electos. Incluso llegan a votar en algunos consistorios con la aquiescencia explícita del PNV. De lo que se trata ahora es de dar carta de naturaleza legal a una situación de hecho. Y para eso, la izquierda abertzale quiere sacar músculo.
De momento, la estrategia le va muy bien desde el punto de vista mediático, pero muy mal desde la óptica de la realidad. La manifestación de Batasuna en San Sebastián apenas logró convocar a 300 ó 400 personas. Y es que desde que Batasuna salió de las instituciones, en gran parte perdió su capacidad de enchufarse al presupuesto y de mantener todos su aparataje e industria política con cargo al presupuesto. Por eso su regreso sería un grave error del PSOE.