La conversión de cajas en bancos está aumentando las tragaderas del Banco de España hasta unos límites nunca vistos. Todo vale con tal de cumplir el presupuesto ideológico del progre-capitalista Fernández Ordóñez (MAFO) empeñado en que toda entidad financiera sea sociedad anónima.
El puesto de gobernador siempre ha tenido su componente política. Jaime Caruana, nombrado por el Gobierno Aznar, protegió a su amigo Francisco González del ataque de Luis del Rivero (Sacyr). Y Luis Ángel Rojo cumplió las órdenes de neutralizar a Mario Conde (aunque en este caso había razones económicas, además de las políticas), pero MAFO ha convertido la excepción en norma. Con su segundo, Francisco Javier Aríztegui, el cuerpo de inspectores ha sido neutralizado. Al final, lo pagaremos todos.
Eulogio López
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