El ex Presidente del Gobierno, José Mª Aznar, ha salido al paso de las declaraciones de ZP afirmando que su jamás había negociado con ETA. La realidad es que Aznar convocó una rueda de prensa con luz y taquígrafos para informar que él, personalmente, había dado órdenes para entablar contactos con el MLNV. Hubo voluntad, hubo contactos y hasta hubo aceptación de la misma terminología de la izquierda abertzale. Con la buena intención de buscar la paz, pero hubo contactos.
La ingenuidad se acabó pronto, porque el gobierno enseguida comprendió que los etarras no eran confiables, ni el interlocutor era válido ni sus promesas creíbles. La tregua era una trampa, como denunció Mayor Oreja, y el Gobierno giró al acoso policial, financiero, político y judicial. Esta segunda estrategia funcionó mucho mejor.
Y en este marco se firmó el Pacto Antiterrorista. No para consensuar la negociación con ETA, sino para consensuar el acoso a ETA. Y finalmente, cuando la pesadilla acabe, se produzca una entrega comprobada y comprobable de armas, y los terroristas pidan perdón a las víctimas, entonces y sólo entonces, se podrá abrir una vía de diálogo. Pero todavía nos queda un camino por recorrer.