Con el propio presidente de la petrolera como hombre bueno, los españoles del SCH y los franceses de Total han vuelto a sentarse en la misma mesa para negociar el futuro de Cepsa, tras la ruptura de relaciones provocada por la OPA lanzada por el Santander. A día de hoy, los franceses controlan más del 45% del capital de Cepsa, el SCH casi el 33% y la autoridad petrolera de Abu Dhabi un 10%. Las bases del acuerdo parecen claras: El SCH está empeñado en conseguir una cifra que ronde los 30 euros por acción. Los franceses se niegan a comprar una sola acción del banco español, pero no verían con malos ojos que la autoridad petrolera de Abu Dhabi (accionista, a su vez, de la propia Total) comprara una parte. Tampoco le importa a la petrolera gala que el Santander coloque su participación en el mercado, operación un tanto arriesgada. Con tal de que se le permita controlar la petrolera española sin comprar un solo título más, los franceses retirarían su demanda ante el Tribunal de Arbitraje.
Eso sí, existe un problema y no menor. Total exige manos libres, una vez se haya hecho con el control de Cepsa y no tenga que compartir cuota de poder con el Santander. En otras palabras, el objetivo de los franceses sería convertir a Cepsa en una división de Total. Al parecer, el Gobierno español no está dispuesto a aceptar tal cosa, como tampoco está dispuesto a aceptarla el propio Pérez de Bricio, y en este punto se cuenta con el apoyo del propio Emilio Botín.
En cualquier caso, la primera noticia es que se ha vuelto a la mesa re negociaciones. La segunda es que tanto en el Consejo como en la Comisión Ejecutiva de Cepsa se respira "buen ambiente". Eso sí, está en discusión la "españolidad" de la llamada Compañía Española de Petróleos.