Israel ya ha advertido que no está dispuesto a que Arafat (75 años) sea enterrado en Jerusalén. Lo más curioso es que Arafat, al menos en el momento de cerrar esta edición, no ha muerto. Está hospitalizado en París, pero su estado de salud ha empeorado durante la noche del miércoles 3 y la mañana del jueves 4.

De inmediato, el Ejército israelí se ha situado en estado de máxima alerta. Arafat nunca ha aclarado su sucesión, por lo que los elementos más radicales de la causa Palestina podrían acceder al poder y justificar la represión de Sharon. Ahora, habrá que ver qué hace el reelegido presidente Bush. Durante su primer mandato, Bush se ha negado a parar los pies a Sharon, al que ha dejado manos libres. La Hoja de Ruta y el proceso de paz están estancados.