La polémica sobre "La Pasión" de Mel Gibson no cesa. Es conocido que el lobby sionista de Hollywood ha tratado de boicotear la magnífica producción. Pero es menos conocido que Mel Gibson no ha querido presentar su obra a Juan Pablo II porque su relación con la cátedra de San Pedro no resulta especialmente fluida. Cosas de veterocatólicos que se creen más papistas que el Papa.
Por otra parte, la película será distribuida en España por el grupo Aurum, cuyo administrador único es Antonio Asensio Mosbah, hijo y heredero del fallecido magnate de los medios del mismo nombre, que labró su imperio sobre la venta de pornografía. El "hereu" ha crecido en la abundancia económica, pero también en una mayor sensibilidad humana. La repentina muerte de su padre le ha hecho contemplar la vida con otra perspectiva. Pero es que además "La Pasión" será un magnífico negocio en un país donde el Papa es capaz de congregar a un millón de personas a pleno sol. Asensio ha descubierto en la comunidad católica un verdadero filón. Porque a la distribución de "La Pasión" precede la del "El Señor de los Anillos".