Dulce vecino del asfalto negro,
Huésped amante de la política,
Que vital aliento dio a tu vida,
Siendo verso suelto.Tú que las quejas asumiste,
Y el desamor y la envidia de otros,
Tu calidad y donosura despertaban,
¿Tú en qué pensabas
Y así los dioses te encumbraron,
Y así te protegieron los cielos,
En ese caminar hacia la cumbre,
Que ganar querías.
Y cuanto más cerca te encontrabas,
De alcanzar la meta, el objeto
De tus afanes incansables,
Más fuerza sentías.
Al amanecer, en la cercana cumbre,
Quisiste plasmar lo que añorabas,
Mas el peso de una nube parda,
Te hirió tus alas.
Y cansado, el adiós a tu afán dijiste,
Sin terminar el poema que escribías,
Sin darte cuenta de que no rimabas,
Al ser de gran calidad tú verso,
Siendo verso suelto.
J. R. Pablos
Huésped amante de la política,
Que vital aliento dio a tu vida,
Siendo verso suelto.Tú que las quejas asumiste,
Y el desamor y la envidia de otros,
Tu calidad y donosura despertaban,
¿Tú en qué pensabas
Y así los dioses te encumbraron,
Y así te protegieron los cielos,
En ese caminar hacia la cumbre,
Que ganar querías.
Y cuanto más cerca te encontrabas,
De alcanzar la meta, el objeto
De tus afanes incansables,
Más fuerza sentías.
Al amanecer, en la cercana cumbre,
Quisiste plasmar lo que añorabas,
Mas el peso de una nube parda,
Te hirió tus alas.
Y cansado, el adiós a tu afán dijiste,
Sin terminar el poema que escribías,
Sin darte cuenta de que no rimabas,
Al ser de gran calidad tú verso,
Siendo verso suelto.
J. R. Pablos