Tras el acuerdo entre los March, los Albertos y Florentino Pérez los tres accionistas han pregonado por la City madrileña el final del presidente de Iberdrola, Ignacio Galán. Incuso voceros de los March advirtieron a este diario que Galán estaba negociando una salida.
Lo cierto es que la operación Pérez para controlar Iberdrola se deshincha por días. A pesar de los ingresos obtenidos por la venta de Fenosa a Gas Natural. Recordemos que Pérez ya había cobrado el total de su 46% de Fenosa, que le han reportado unos 5.500 millones de euros cuando se celebra la Junta General de Accionistas de Iberdrola. Pues bien, ACS aún no había pagado el crédito al BBVA con el que se compró. Es más, cuando se presenta en la Junta celebrada en Bilbao como el propietario de un 7,2% de las acciones -se necesita un 6,7% para pedir un puesto en el Consejo- las títulos estaban pignorados por el BBVA, dado que, como casi todo lo que compra Florentino Pérez, es a crédito.
Dicho de otra forma, con la venta de Fenosa se ha pagado al banco que le prestó, el Santander, pero no se ha aprovechado para amortizar deuda del otro banco que le financió la compra de iberdrolas: el BBVA.
Al final, al cierre de 2008, ACS tenía una deuda de 9.355 millones de euros y unos fondos propios de poco más de la tercera parte, unos 3.400. Tras la venta de Fenosa, la deuda se queda en 6.689 millones de euros, lo que supone un apalancamiento del 62%, que casi triplica la media europea.
Y lo más importante: a pesar de que los tres accionistas de la constructora aseguran que se van a hacer con el 20% de Iberdrola y solicitar tres consejeros -por las buenas o por las malas- lo cierto es que estamos terminando abril y, a pesar de la caída en picado del valor de los títulos de Iberdrola, no han adquirido ni un sólo título más, ni una sólo derivada. Están donde estaban: 7,6% directo más derivados por otro 5,2% más.
Con eso pueden pedir un consejero pero ya sabe que Iberdrola no se lo va a dar. Es más, les va a exigir que se vayan a los tribunales Y sin consejero no hay participación significativa en la gestión (a estos efectos, estar en el Consejo es más importante que poseer un 20%) y no hay consolidación, ni parcial ni integral.
ACS insiste en que tiene el visto bueno para la operación. No es cierto. Fuentes de toda solvencia del Ministerio de Industria, han comunicado a Hispanidad que lo que se le ha comunicado a Pérez es justamente lo contrario: no está el horno para bollos, no quieren peleas en el sector energético.
¿Y la esperada traición de la BBK? En Iberdrola aplaudían el jueves la marcha de Xavier de Irala, pero en ACS también decían que les beneficiaba. Especialmente el hecho de que el próximo lehendakari sea socialista. No es cierto. En primer lugar, porque la BBK, propietaria del 6,7% de Iberdrola, no está liderada por el lehendakari, sino por diputaciones forales y ayuntamientos, donde impera le PNV. Y el PNV, tras la españolización del BBVA, quiere mantener Iberdrola como enseña de la industria vasca. Y Galán cuida mucho eso: Gamesa, parque de Zamudio, la ingeniería en Erandio y siga usted contando. Pérez ha intentado contraatacar con la contratación del despacho de abogados Fernando Lamíquiz -ex presidente del Athletic- pero el asunto no da para más: el PNV no se fía de Florentino.
Por el momento, ACS juega de farol y la conquista de Iberdrola queda muy, muy lejos. Otra cosa es que tampoco puede vender -perdería un fortunón- por lo que está obligado a seguir incordiando.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com