Con ello, tanto PRISA como Mediapro-La Sexta, los grandes soportes del PSOE, así como todos los militantes, saben ahora que ZP está dispuesto, no sólo a quedarse hasta 2012 a cualquier precio -eso no es una noticia- sino a acallar cualquier asomo de contestación interna en el socialismo.
Sabedor de su victoria interna, el desastre nacional ha entrado en una nueva dimensión: le da igual todo: volverá a negar la crisis, seguirá sin reconocer ni el más mínimo error -la culpa es del PP, que no tiene una actitud constructiva- a lo mejor ni hace una remodelación de Gobierno. Al igual que John F. Kennedy, podrá repetir aquello de que cuanto peor lo hago más me aplauden. ¿Y los presupuestos? Si es necesario se renuevan. De la Vega y Pepiño Blanco -pura coincidencia, sin duda- han vuelto a recordar, el mismo día, que el candidato es Zapatero.
A lo mejor, el segundo cambio, cada vez más necesario, se convierte en el primero. Zapatero no es discutido en el PSOE por miedo, Rajoy, al que las encuestas dan ganador, sí es discutido en el PP por frívolo. O por inútil, si ustedes lo prefieren. El recambio lógico es la vuelta de Aznar pero el ex presidente se lo está pensando. Abrir un proceso de sucesión con 6-8 puntos de ventaja en las encuestas parece cosa de locos pero lo cierto es que la inacción de Rajoy empieza a cansar, no ya sólo a los militantes, sino también a los votantes. Bien está que la responsabilidad de gobernar corresponde a Zapatero pero que ni tan siquiera exprese una idea, una sugerencia, una propuesta, empieza a cansar hasta a los más fieles.
A lo mejor, todo consiste en que prescinda de Arriola, el asesor empeñado en aconsejarle que la técnica para alcanzar La Moncloa consista en no hacer nada.
Eulogio López
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