Pido prestado un titular de la genial viñeta de Caín en La Razón: "Terminó la tragedia, comienza el drama".

En efecto, Zapatero deja tierra quemada tras de sí y ahora Rajoy tiene que arreglar el primer problema de la deuda. Los comentaristas peperos advertían que el mero hecho de contar con un Gobierno sólido, de mayoría absoluta, representa una buena señal para los mercados, para don Mercado Financiero. Pues no parece. Mientras el país dormía la celebración de la victoria del PP la Bolsa de Madrid abría el lunes a la baja y la prima de riesgo volvía a ascender a primera hora del lunes hasta los 464 puntos básicos.

La tardanza de Rajoy en decir quién va a ser el ministro de Economía alimenta el chantaje de los mercados. Los intermediarios aseguran que ayer, en pleno acto de celebración de la victoria, Rajoy debía haber advertido que iba a realizar recortes y que, además, debía haber informado ya sobre quién iba a ser su ministro de Economía.

Encima, Cospedal insistía, en los Desayunos de RTVE, que no tocarían las pensiones, ni la educación ni la sanidad: más chantaje. 

A perro flaco todo son pulgas: el chantaje continúa.

Eulogio López

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