Fue un hecho real, que leyó el director Nacho G.Velilla, el que se convirtió en el germen de este film. En concreto la noticia de que, en el año 2018, Enrique Sánchez (Donen), un profesor de Educación Física jubilado, apasionado del ajedrez, consiguió una hazaña impensable: convertir a cinco alumnos de un colegio humilde, de un barrio obrero de Zaragoza, en campeones de España de ajedrez, derrotando a otros 38 centros, públicos y privados, a pesar de sus escasos recursos.

A partir de aquí, cambió el personaje principal y lo transformó en una profesora 'pija', realmente vocacional, que va buscando fórmulas para interesar a sus alumnos y las encuentra enseñándoles a jugar al ajedrez, donde todo el mundo es igual. No obstante, Velilla, lo tiene claro, ésta no es una película sobre ese juego de estrategia sino que: “El eje principal es una historia de superación, una historia sobre unos personajes marginales que, en el marco de ese tablero de sesenta y cuatro escaques, luchan contra el destino que la sociedad les ha asignado y consiguen una hazaña extraordinaria”

Desde que en el año 1967 el actor Sidney Poitier, en Rebelión en las aulas, demostrará cómo un buen profesor puede motivar y sacar adelante a alumnos conflictivos, de familias desestructuradas o simplemente muy humildes, muchas han sido las películas que han repetido la fórmula, en el caso de Francia. Lo hemos mencionado en otras ocasiones, casi  han hecho un subgénero de ello por la gran cantidad de títulos que, desde hace unos años, llegan a la cartelera. Pues bien, ahora le toca a nuestro país con Menudas piezas.

Precisamente, la excelente actriz zaragozana Alexandra Jiménez encabeza el reparto de este filme, bien arropada por actores veteranos como María Adánez, Miguel Rellán o Luis Callejo, pero la secundan bien un grupo de jóvenes actores que debutan en este largometraje: Rocío Velayos, Pablo Louazel, Verónica Senra, Kiko Bena y Tuoxin Qiu.

Aunque la película contiene tópicos sobre los niños de colegios de élite que, al parecer, no sólo son maleducados sino que tienen mal corazón, se agradece que la película, suponemos que sin pretenderlo, apueste por la vida, desde el momento que una de las alumnas más descaradas decide seguir con su embarazo.  

Para: los que le agraden las películas positivas.