Los obispos temen la insurrección de muchos católicos y el Cisma
Oh, entre vosotros, aquéllos que se creen los sin mancha, los católicos! Oh, hedor, tufo de sus malas obras, que viene a mí. Se creen justificados por la fe. Persiguen herejías y han caído ellos en la trampa peor: ser jueces sin causa de sus hermanos. Hermanos, no os llamé a juzgar. No es esa la defensa de la fe que os pido. Dios acoge a todos, sin distinción de pareceres, sin acepción de personas. Y los une en el amor. Los obispos saben que amplios sectores de católicos, cada vez con más fuerza, que se oponen a sus diatribas. Y tienen miedo. Temen una insurrección por parte de muchos. Al mismo tiempo, las predicciones del Cisma les sobrevuelan sobre sus cabezas, como nubarrones. La semilla de la falta de unidad es la falta de caridad.
