- En vez de combatir el extremismo islámico, las potencias occidentales "les compran el petróleo y los hallazgos arqueológicos robados en estas tierras", denuncia monseñor Georges Abou Khazen.
- Y denuncia a Turquía: "Sabemos bien que Turquía ha permitido al Estado Islámico entrar, armarse y tener su adiestramiento".
- Mientras, el Papa Francisco pide la liberación de tres religiosos secuestrados en Siria.
"El
Estado Islámico es un instrumento en las manos de las grandes potencias, ha sido creado por ellos, armado y apoyado". La denuncia llega de monseñor
Georges Abou Khazen (
en la imagen), vicario apostólico de los latinos en Alepo, en una entrevista en la televisión italiana Tv2000 que recoge
Zenit.
En vez de combatir el extremismo islámico, las potencias occidentales "les compran el petróleo y los hallazgos arqueológicos robados en estas tierras", declaró el prelado hablando también de la presencia de "verdaderos y propios campos de adiestramiento" en los países "limítrofes como Siria y Turquía".
Monseñor Khazen -señala la agencia SIR- comentó la ofensiva de Turquía contra el Estado Islámico en Siria y contra los kurdos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en Irak: "La gente teme que los turcos quieran combatir a los kurdos bajo la causa del Estado Islámico".
"Si es una lucha contra el Estado Islámico está bien, pero si es una excusa de Turquía para crear una zona independiente de Siria, entonces se convierte en algo peligroso", señaló.
Y no dudó en señalar a Turquía: "Sabemos bien que Turquía ha permitido al Estado Islámico entrar, armarse y tener su adiestramiento", según el vicario apostólico de Alepo.
Por su parte, el
Papa Francisco hizo un llamamiento por la liberación de un sacerdote jesuita italiano y dos obispos ortodoxos secuestrados en Siria hace dos años, pidiendo a las autoridades que trabajen por el regreso a casa de todos los cautivos. El padre
Paolo Dall'Oglio, un sacerdote jesuita que trabajaba en Siria desde hace más de 30 años y que apoyó el levantamiento contra el presidente Bashar al-Assad, desapareció el 29 de julio de 2013 en la ciudad de Raqqa, convertido ahora en un bastión del grupo extremista Estado Islámico, recoge
Infobae.
Dall'Oglio era conocido en Oriente Medio y Europa por su trabajo promoviendo el diálogo entre cristianos y musulmanes. Estaba restaurando un antiguo monasterio en el desierto y se había negado a abandonar el país por su propia seguridad tras el inicio de la guerra civil hace cuatro años.
Varios meses antes, dos obispos ortodoxos fueron secuestrados en una zona cercana a la frontera turca donde estaban negociando la liberación de dos sacerdotes también raptados.
El Pontífice, en su mensaje semanal ante decenas de miles de personas en la plaza de San Pedro, llamó a un "compromiso renovado" de las autoridades locales e internacionales "para que estos hermanos nuestros puedan recuperar su libertad en breve".
Más de un cuarto de millón de personas -muchos cristianos- han muerto desde que estalló el conflicto en Siria, y muchas han desaparecido o fueron secuestradas.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com