Venezuela. El Banco Central esconde las vengüenzas del chavismo: ya no publica el índice de escasez de productos básicos
- En productos como aceites, leche, azúcar, harina de maíz y papel higiénico, el desabastecimiento supera el 90 por ciento.
- En los últimos 12 meses, la inflación fue del 87%, y en alimentos, por encima del 115 por ciento.
- Y este año podría estar entre el 150 y 170 por ciento, "algo sin precedentes en la historia", explica el economista venezolano Miguel Ángel Santos.
- El Banco Central dejó de publicar ese índice en febrero de 2014, cuando la escasez había empeorado un 28%.
Por ejemplo, el Banco Central de Venezuela informó en febrero de 2014 que la escasez de bienes de consumo masivo había alcanzado un promedio de 28% en enero de ese año. Fue el nivel más alto de la historia y el último registrado por la entidad financiera, que sin dar explicaciones dejó de publicar el índice desde ese momento.
El desabastecimiento es mucho mayor en algunos productos. En aceites, leche, azúcar, harina de maíz y papel higiénico, supera el 90 por ciento. Eso quiere decir que no se consigue en 9 de cada 10 puntos de venta.
Según el economista venezolano Miguel Ángel Santos, investigador del Centro para el Desarrollo de la Escuela Kennedy de Gobierno de la Universidad Harvard, "no hay antecedentes en Venezuela de una escasez así, continúa. Tampoco de la inflación: en enero fue 11% y en febrero 8%, según las personas que conozco que la calculan, porque el Gobierno la dejó de publicar. En los últimos 12 meses fue 87%, y en alimentos, por encima de 115 por ciento. Proyectada, este año podría estar entre 150 y 170 por ciento, algo sin precedentes en la historia".
Pero lo verdaderamente impactante es que Venezuela no llegó a esta crisis después de una guerra o de una catástrofe natural. Llegó después de una década en la que sus exportaciones alcanzaron niveles históricos, gracias a la inédita subida que experimentó el precio del petróleo entre 2002 y 2008, y entre 2010 y 2013.
"La situación es crítica. Varía en los rubros y depende del producto, pero es básicamente una escasez de bienes de consumo básico, del día a día", explica Jessica Grisanti, economista senior de Ecoanalítica, de Venezuela, consultada por Infobae.
"Lo que se hizo en Venezuela a partir de 2004 fue expropiar masivamente medios de producción privados, mientras se promovía una ola de consumo basada en importaciones. Para financiarlo, primero se utilizó el dinero del petróleo, y segundo, se quintuplicó la deuda externa. Así se alentaba el consumo, mientras se destruía el aparato productivo nacional", dice a Infobae el economista venezolano Miguel Ángel Santos, investigador del Centro para el Desarrollo de la Escuela Kennedy de Gobierno de la Universidad Harvard.
"Se mantuvo una tasa de cambio extraordinariamente artificial -continúa-, que generó un exceso de importaciones que se pudo cubrir transitoriamente porque había petróleo, pero acabó con todas las exportaciones no petroleras. Hasta que se llegó a un punto de agotamiento, porque para que el consumo siguiera creciendo sin que creciera la producción, también tenían que incrementarse las exportaciones de petróleo".
En economía no existen las recetas mágicas y era cuestión de tiempo que el modelo chavista se ahogara. Financiado exclusivamente con la venta de un producto de precio muy variable, y aún en los mejores momentos, gastando por encima de sus ingresos, el Gobierno activó una bomba que terminaría explotándole en las manos.
"Con el precio del barril a 100 dólares a principios de 2014, la demanda de bienes excedió la capacidad de importación. Entonces apareció la escasez y, una vez que empezó a caer el precio del petróleo en el segundo semestre, el sistema quedó completamente desnudo", explica Santos.
Es muy difícil para cualquier país funcionar sin una mínima producción nacional de bienes de consumo masivo, precisamente porque basta una caída en los valores internacionales de lo que se exporta para que colapse el abastecimiento. Pero en vez de usar los ingentes recursos de los que dispuso por casi diez años para fortalecer el aparato productivo nacional, el Gobierno volcó todo a incentivar el consumo, porque era lo más reditable en términos electorales.
"Todas las medidas han sido control tras control. Por ejemplo, el sector privado está ahogado en una ley del trabajo que incentiva el ausentismo, porque es muy difícil despedir a alguien, aunque no vaya a trabajar. Además está la Superintendencia de Precios Justos, que fiscaliza los precios y a cada rato puede intervenir. Hay un marco regulatorio y toda una burocracia que hace muy difícil producir e invertir en el país", dice Grisanti.
Por eso la escasez crece año a año, sin que la industria venezolana pueda hacer nada para suplirla. "No tiene ninguna posibilidad de producir ni de sustituir importaciones, porque está completamente quebrada, arrasada y estatizada", dice Santos.
"Este año era difícil que cayera la producción -dice Santos-, porque el país ya no producía nada. Sin embargo, se estima que va a caer otro 10 por ciento. El año del paro petrolero de 2003 cayó 11%, es decir que Nicolás Maduro está por replicar, con sus políticas, lo que ocurrió como consecuencia de un paro nacional de dos meses".
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com