• Las cosas han cambiado tras el secuestro de los 220 cristianos en Siria y del asesinato de 15 jóvenes. Hasta ahora se hablaba de un ataque a las minorías religiosas, en general.
  • El secretario de Estado Vaticano, cardenal Pietro Parolin, advirtió que el avance del califato de Libia exige "intervenir pronto, pero cualquier intervención de tipo armado" debe ser "bajo el paraguas de la ONU".
  • Mons. Hindo: "Con sus desastrosas políticas, los franceses y estadounidenses han favorecido la escalada del Estado Islámico".
  • El Estado Islámico difunde un vídeo donde destruye estatuas milenarias.
  • ¿A qué espera la comunidad internacional para intervenir con tropas sobre el terreno? 
Desde su irrupción violenta en Mosul (Irak) a mediados de 2014 y el éxodo de decenas de miles de cristianos y yazadíes, la comunidad internacional ha sido testigo de los crímenes del Estado Islámico, que sigue expandiendo su califato en Medio Oriente y el norte de África. Es decir, que en Irak y Siria los yihadistas del Estado Islámico matan y torturan a todo aquel que no crea en lo que ellos creen. Y su última afición es al secuestro, especialmente de mujeres y niños cristianos. Pero lo más sorprendente es que los medios de comunicación internacionales ya hablan directamente de persecución y asesinato masivo de cristianos, algo que se disimulaba hasta ahora, interpretando la barbarie del Estado Islámico como una locura pero contra las minorías religiosas en general, sin especificar que los cristianos están en el punta de mira de la crueldad islamista desde el principio.

El detonante, para el que caben pocos miramientos ha sido el número de cristianos asirios secuestrados por los yihadistas del Estado islámico (EI) en el nordeste de Siria, que es mayor del indicado en un primer momento y se sitúa alrededor de las 220 personas. Son cristianos, no kurdos o yazidíes, y han sido secuestrados precisamente por eso, por ser cristianos. Muchos de ellos, sino todo, se preparan para el martirio. La Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) ya ha adelantado que en torno a 15 jóvenes fueron martirizados, muchos de ellos luchaban para proteger sus aldeas y sus familias.

Muchos de esos cristianos (también asirios) de Irak y Siria se han visto obligados a huir para no ser asesinados por los yihadistas, tal y como se ve en la foto de AIN.

En ese contexto, sorprende la pasividad del Consejo de Seguridad de la ONU que no se decide a enviar una fuerza internacional para hacerle frente. Esta "actitud de la ONU y de toda la comunidad internacional frente los asesinatos y crímenes de EI es pésima y muy extraña, como que los cristianos de Oriente no les importa para nada", declaró a ACI Prensa el católico caldeo Raad Salam Naaman, catedrático universitario y doctor en Filología Árabe y Estudios Islámicos. 

"Esta banda del Estado Islámico es una gran amenaza para nuestra civilización occidental y es un peligro para el futuro de nuestros derechos humanos, para la libertad y la democracia que la sociedad occidental consiguió tras una lucha de siglos", advirtió Raad Salam.

"Bombardear los sitios de EI no termina con esta banda de criminales, lo que tiene que hacer EE.UU. y la ONU es hacer un llamamiento para formar una coalición, un ejército, de todos los miembros de la ONU para atacar y acabar con EI y sus seguidores, por tierra y con un ejército firme, es la única solución", concluyó Raad Salam.

Raad Salam, quien nació cerca de Mosul y es refugiado político en España desde 1991, pidió no llamar "Estado" a "esta banda de asesinos y ladrones". El EI, afirmó, es "fruto de la llamada 'Primavera Árabe', una de las tantas equivocaciones de Occidente, que apoyó estas revueltas y protestas realizadas por los radicales islámicos vinculados a los Hermanos Musulmanes para acabar con los gobiernos de los dictadores laicos árabes".

En ese sentido, el experto católico coincidió con el llamado del Secretario de Estado Vaticano, cardenal Pietro Parolin, que advirtió que el avance del califato de Libia exige "intervenir pronto, pero cualquier intervención de tipo armado" debe ser "bajo el paraguas de la ONU".

De parecida opinión es el arzobispo Jacques Behnan Hindo, ordinario de la archieparquía sirio católica de Hassake-Nisibis, quien asegura que las desastrosas políticas de los franceses y los estadounidenses, junto con sus aliados regionales, han favorecido a los yihadistas, informa Fides.

«Con sus desastrosas políticas -explica el Arzobispo a Fides- sobre todo los franceses y estadounidenses, con sus aliados regionales, han favorecido la escalada del Daesh (acrónimo árabe utilizado para describir al estado islámico). Ahora al perseverar en el error, cometen errores estratégicos grotescos como el anuncio en los medios de comunicación de la 'campaña de primavera' para liberar Mosul y la obstinación en interferir con afirmaciones irrelevantes, en vez de reconocer que ha sido precisamente el apoyo que ellos han garantizado a los grupos yihadistas lo que nos ha llevado a este caos y ha destruido Siria, haciéndonos retroceder de 200 años».

Y tanto que retroceder 20 años. Y más. Porque, armados con grandes martillos y taladros, un puñado de seguidores del Estado Islámico, han destruido varias estatuas en Mosul que describen como "ídolos" y que arqueólogos de todo el mundo temen que sean piezas asirias y acadias. Un vídeo, cuyo contenido ha confirmado este jueves la UNESCO, es la última provocación de ese grupo extremista suní que aspira a gobernar sobre todos los musulmanes del mundo, aunque sea borrando la historia y exterminando a cuantos se oponen a su proyecto. La semana pasada también arrasó la biblioteca central de esa ciudad del norte de Irak.

¿A qué espera la comunidad internacional para intervenir con tropas sobre el terreno?

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com