La intervención de Banesco 'obliga' a Juan Carlos Escotet a permanecer en Venezuela.
Según declaraciones de portavoces del propio banco venezolano, recogidas por algunos medios del país, la presencia de los interventores no estaba siendo, ni mucho menos, intensa, sino más bien esporádica. Aseguran, además, que los responsables solicitaban los mismos documentos una y otra vez.
“Recibimos con absoluta perplejidad la prórroga de la intervención, pues nos resulta absurda, injusta y sin fundamento legal”, ha señalado Juan Carlos Escotet. Las autoridades, sin embargo, argumentan en el decreto que “existe en el banco una demora significativa en la emisión de evaluaciones y conclusiones que pueden incidir o no en la elaboración de un Reporte de Actividades Sospechosas (RAS) o en su defecto en la emisión de una notificación”.
En definitiva, “no se han subsanado las causas que dieron lugar a la medida de intervención especial” y “es necesario corregir las fallas en el ejercicio operativo de Banesco Banco Universal”, señala el decreto. Así y todo, el propio texto legal deja la puerta abierta al cese anticipado de la intervención, algo que, mucho nos tememos, no dependerá tanto del cumplimiento o no de las condiciones impuestas por el Gobierno como de la propia arbitrariedad de Maduro. Hablamos del principal banco privado de Venezuela, un país sumido en una gravísima crisis económica, social y política.
Primera consecuencia de la prórroga anunciada el lunes por la tarde (hora venezolana): Escotet seguirá delegando la Presidencia de Abanca. Fue él mismo quien aseguró, tras la intervención de Banesco en mayo, que no volvería a tomar las riendas de la entidad gallega hasta no resolver los problemas en Venezuela. A día de hoy y desde el 4 de mayo pasado, el presidente de Abanca es Eduardo Eraña.
¿Puede afectar la situación a Abanca? Según el Banco de España, no. Así lo manifestó el ex subgobernador, Javier Alonso, a finales de junio. Abanca y Banesco son dos entidades distintas que no consolidan. Y punto.
Eso es cierto, pero también lo es que comparten algo importante: el dueño. Pero es un matiz sin importancia.