El 'yogurín' de Bruselas
En Londres, en Bruselas y en Gibraltar se ríen de España mientras nuestro presidente, Pedro Sánchez, habla de “éxito histórico”. Sánchez ha demostrado que es fuerte con el débil y débil con el fuete: chulito en Madrid, yogurín en Bruselas, donde le han tomado el pelo en dos etapas: la primera: por no aprovechar en el Brexit para recuperar la colonia británica de Gibraltar. Y en la última etapa, ni tan siquiera ha sabido mantener el prurito de que las conversación sobre el Peñón sean bilaterales, entre Reino Unido y España. No, si te parece, las conversaciones de descolonización deberían tener lugar entre Gran Bretaña y Zambia.
Moncloa asegura que ha arreglado un conflicto de más de 300 años. Nada ha cambiado: Gibraltar seguirá siendo una colonia y un nido de delincuentes
En castizo: además de cornudo, apaleado, pero encima chulito, según su muy cainita práctica de ser débil con el fuerte –Londres y Europa– y fuerte con el débil, los españoles. Asegura Sánchez que se trata de un acuerdo histórico. Más bien es un acuerdo histérico, en el que nada cambia en Gibraltar, y en el que Theresa May y Fabián Picardo se cachondeo de España. Un país con un mínimo de dignidad lo que habría hecho es aplicar el semi-veto en Europa y cerrar la frontera y aislar a los llanitos. Así, también, 9.000 españoles (cada día que pasa aumentan las cifras) dejarían de trabajar en ese nudo de delincuentes y ludópatas en el que Inglaterra ha convertido Gibraltar.
Ahora, acerca de Gibraltar, Londres tendrá que hablar con España. No, si te parece, podía hablar con Zambia. Además: ni eso
Porque España ha perdido una oportunidad esta vez sí, histórica, para recuperar Gibraltar y expulsar a los británicos, que sólo se van de los sitios a la fuerza Hong Kong) mientras humillan allá donde se sienten militarmente superiores: Gibraltar y las Malvinas.
España ha perdido una oportunidad, esta vez sí, histórica, para recuperar Gibraltar
Moncloa asegura que ha arreglado un conflicto de más de 300 años. Nada ha cambiado: Gibraltar seguirá siendo una colonia inglesa y un nido de delincuentes, hasta que no cerremos la verja y amenacemos a Europa con un nuevo cisma en el sur. Como han hecho los italianos, sin ir más lejos.