- No tiene ninguna prisa en vender su gran activo y los analistas aplauden su postura.
- Cuando entró en la compañía, las acciones tenían un precio de 26,7 euros, pero ahora es de 11,7 euros.
- La constructora que preside Manuel Manrique va abandonando la construcción y volcándose en servicios e industrial.
- A dos meses de inaugurar su obra en el Canal de Panamá, ya estudia la segunda ampliación. Pero la actividad en el extranjero tiene un margen mínimo.
En este contexto de bajo precio del petróleo que vivimos se ha hablado mucho de que
Sacyr podría vender su participación en
Repsol, la cual asciende al 8,5% del capital. Sin embargo, no es una opción que contemple la constructora que preside
Manuel Manrique (
en la imagen) hasta que el valor en libros no supere los 15,5 euros.
Por lo tanto,
Sacyr no tiene ninguna prisa en vender este gran activo, una postura que los analistas aplauden. Esto es bastante lógico porque cuando entró en
Repsol, las acciones tenían un precio de 26,7 euros; más tarde, llegaron a estar incluso en los 30 euros; pero ahora el precio de los títulos es bastante inferior: 11,66 euros.
Recuerden que la constructora compró el 20% de Repsol en diciembre del año 2006 por más de 6.000 millones de euros y para ello firmó un
crédito por valor de 4.900 millones. Casi un lustro después, intentó una alianza con
Pemex para llegar casi al 30%, pero la petrolera instó a su disolución y el entonces presidente de Sacyr Vallehermoso,
Luis del Rivero, fue destituido. En diciembre de 2011, vencía el préstamo que los bancos habían dado a Sacyr en 2006 para entrar en Repsol y no pensaban renovarlo, pero al final pusieron una condición: que vendiera un 10% a la petrolera, la cual pagó 2.572 millones.
De esta manera, la constructora
logró refinanciar la mitad del préstamo pedido a la banca, claro que aún falta la otra mitad, aunque aún hay tiempo porque vence en 2018. Y es que los créditos corporativos son como una moneda: la cara es que desde que se conceden las empresas sólo tienen que pagar los intereses, pero la cruz llega en el momento del vencimiento, cuando tienen que pagar el importe prestado a toca teja.
Por todo esto, Sacyr no tiene ninguna prisa en vender el 8,5% que tiene de
Repsol, aunque confía en una próxima escalada del
precio del petróleo y con ella de la cotización de la petrolera que preside
Antonio Brufau. En estos momentos, Repsol vale en bolsa 16.811 millones, por lo que el 8,5% que posee Sacyr vale 1.428,9 millones. Por tanto, si la constructora decidiera vender ahora le saldría muy caro y perdería dinero, pues no amortizaría lo que le falta por pagar del préstamo (unos 2.300 millones). Además, tener una participación en la petrolera le compensa, pues el valor de ese 8,5% supera la propia
capitalización de Sacyr, que en estos momentos es de 993 millones.
Paralelamente, la constructora de Manuel Manrique va abandonando la
construcción y se dirige poco a poco a ser una empresa más pequeña, volcada en
servicios y en
industrial. Aunque este miércoles, en una reunión con analistas, también ha presentado su negocio de
concesiones. Esta es la evolución que han seguido todas las constructoras. Pero en concesiones Sacyr no lo va a tener fácil porque es donde es fuerte Ferrovial; tampoco tiene mucho que hacer en servicios, donde destaca FCC, a pesar de que tiene un negocio de agua (área en la que Agbar, Suez y Acciona son protagonistas); claro que
en industrial tiene mejores opciones. Esto no es más que hacer obras para las empresas, es decir, Sacyr quiere ser como Cobra (ACS).
Asimismo, conviene subrayar que
quedan apenas dos meses para la inauguración de uno de sus proyectos estrella: la obra en el
Canal de Panamá, que, problemas aparte, le ha granjeado bastante fama y prestigio. De hecho, ya estudia la segunda ampliación de dicha infraestructura, como
adelantó Hispanidad y
confirmó el propio Manrique. Eso sí, conviene subrayar que la actividad en el extranjero no es 'El Dorado', pues tiene un margen mínimo.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com