• Tiempo de cambios en la cabecera de la industria de telecos en España.
  • Jean Marc Vignolles aspira a suceder a Stéphane Richard.
  • Su candidatura tiene más fuerza ahora que nunca, pero él ya cuenta con 61 años.
  • Lo previsto en Vodafone es que Coimbra realice la integración Vodafone-ONO, es decir, el ERE de marras, y se marche.
  • Se busca un español en la estructura global de Vodafone para sustituirle.
Hispanidad pregunta a Jean Marc Vignolles (en la imagen junto a Coimbra) si abandonará el cargo de máximo responsable de Orange en España para volver a Francia y sustituir al presidente y director-general de la firma, Stephane Richard. Cuesta que reaccione pero, al final, lo hace: "Es una pregunta personal, no tengo respuesta". Y una personal. Es lo que se dice en los pasillos de la compañía y no es la primera vez, dado que Vignolles ha conseguido colocar a Orange como el principal competidor de Telefónica. En definitiva, su gestión ha sido exitosa. Además, el rumor se ha disparado desde que Vignolles, decidió mantener a José Miguel García, primer ejecutivo de Jazztel como director general de la fusionada Orange-Jazztel. García, multimillonario gracias al dinero que Orange le pagó por su participación en Jazztel. Es muy mandón García pero resulta que Vignolles, tan mandón como él, no le ha despedido sino que le ha nombrado su segundo. Y no se ha ido a su casa. Es decir, que Jean Marc Vignolles, director de la segunda división por importancia de Orange (la española, sólo por detrás de la francesa) es el aspirante número uno a suceder a Richard quien, encima, todavía tiene sobre su cabeza la espada de Damocles judicial, por el escándalo judicial de Bernard Tapie que afectó a la jefe de Richard: una tal Christine Lagarde. Y el cambio debe producirse ahora o Vignolles irá perdiendo parte de sus posibilidades: tiene 61 años. En la casa de enfrente, en Vodafone, el plan previsto por Vittorio Colao también implica la salida de Antonio Coimbra como primer ejecutivo. No seamos duros porque estaríamos siendo falsos: a Coimbra le ha tocado coger el timón en el periodo más duro de todos. Lleva tres años al frente de Vodafone España y se ha tenido que dedicar al reparto de la miseria. Además, ahora empieza a ver la luz al salir del túnel, pues es posible que, por primera vez, la línea de ingresos resulte ascendente en el último trimestre de 2015. No sólo le ha tocado bailar con la más fea sino que, antes de ser sustituido, se le pide que culmine la difícil, y onerosa (pero eso no es culpa suya, sino de la central londinense), compra de ONO. En concreto, Coimbra tendrá que afrontar el difícil ERE, de más de 1.000 trabajadores. Y luego está la integración en sí: Coimbra no decidió la fusión pero le toca la ejecución de la misma. Difícil papel. Y cuando termine esa tarea, marcharse. Para sustituirle se busca un español, eso pretende Colao, en el organigrama mundial de la multinacional británica. Y así, por fas o por nefas, resulta que están en proceso de cambio las cabeceras de dos de las tres grandes telecos españoles. Una verdadera revolución. Eulogio López eulogio@hispanidad.com