Ibercaja ha publicado esta mañana del día 3 de marzo de 2021, sus resultados a cierre del ejercicio de 2020. En los anteriores análisis trimestrales veníamos vaticinando un resultado malo a cierre de dicho ejercicio y, aunque no seamos adivinos, esto se ha cumplido. La dirección de la entidad pretende hacernos creer, al igual que en anteriores períodos, que la evolución negativa de sus resultados desde 2019 se debe, principalmente, al impacto del Covid-19 en su estructura financiera. A priori, esto no nos convence pero como siempre, intentaremos dar claridad a la cuenta de resultados de Ibercaja durante 2020.

El margen de intereses ha descendido un 2,5% respecto al cierre del ejercicio anterior. Este descenso se incrementa si añadimos al anterior margen las comisiones netas y diferencias de cambio, que han pasado de ser de 394,8 millones de euros en 2019 a 375 millones de euros en 2020, lo que supone un descenso del 5%. Ibercaja necesita mejorar en 2021 y si no lo hace, habrá problemas para nuestra querida entidad maña. La entidad ha dejado de ganar, entre 2019 y 2020, si sumamos ingresos por intereses y comisiones netas y diferencias de cambio, la friolera de 50,6 millones de euros. A ver si el frío proveniente del Moncayo le despeja las ideas en el futuro.

Si seguimos avanzando en los epígrafes que componen la cuenta de resultados, la evolución negativa de sus cifras se va incrementando. Sin embargo, nos encontramos una sorpresa positiva: el margen bruto de la entidad ha aumentado debido, principalmente, a la partida de resultado de operaciones financieras (ROF) que ha aumentado en 112,1 millones de euros. Es mucho dinero. Eso sí, cuando comenzamos a analizar los gastos nos encontramos con un problemón: no sólo no los ha mantenido sino que encima los ha aumentado.

Ibercaja ha aumentado sus gastos de explotación en un 19,7% en 2020 respecto a 2019. Incremento de gastos que ha sido afectado principalmente por un aumento de los gastos de personal de 141,7 millones de euros, lo que se traduce en un incremento del 39,2%. Afortunadamente, la entidad nos informa en su presentación de que estos gastos de personal incluyen la partida destinada al ERE previsto del período 2021-2022.

Además, por si fuera poco, ha llegado la hora de reconocer las pérdidas por deterioros por el impacto del Covid-19. Las pérdidas en concepto de deterioro de activos financieros han sido de 219,6 millones de euros, superiores en un 76,2% a la misma cifra del año anterior. Este hecho ha sido el principal culpable de que el resultado de la entidad antes de impuestos haya caído un 58,4%, porcentaje que aumenta hasta el 71,9% si nos referimos al resultado neto.

Como conclusión: 2020 ha sido un mal año para Ibercaja, pero lo que nos parece peor aún es la poca información que transmite la entidad -ha sido así durante todo el ejercicio-, concretamente acerca de la rentabilidad del negocio y de los fondos propios.