- Y con los 132.019 empleados actuales del banco.
- Buenos resultados hasta septiembre, con márgenes crecientes y morosidad a la baja.
- Y todo, con una importante reducción del balance (-5,6%) que, ayudada por la menor reducción del patrimonio neto de la entidad (-1,9%) reduce el apalancamiento relativo de la entidad en un 2,3%.
- Es decir: más beneficio con menor riesgo.
- Ahora bien, esperemos que FG tenga un plan B para Cataluña.
- Se comienza no respetando la Constitución y se termina no pagando los créditos y ocupando las viviendas de los bancos.
Antes de entrar en lo estrictamente numérico, merece la pena analizar brevemente las palabras que pronunció
Francisco González el día 24 en el
Forbes Summit celebrado en Madrid. "Dentro de cinco años, todos los bancos estarán en la nube. Su clientela será 100% digital
y las oficinas quedarán para productos con mucho valor añadido, complejos", aseguró el presidente del BBVA.
Traducido: con la digitalización, las sucursales quedarán relegadas a grandes operaciones. Es decir, en 2022, las entidades no necesitarán a gran parte de sus plantillas. Entonces, ¿
qué hará el BBVA con sus 8.374 oficinas y con sus 132.019 empleados?
Sea como fuere, este viernes es un mal día para comunicar resultados en España. Especialmente si eres banco y tu exposición en Cataluña es elevada, como es el caso de
BBVA, heredero de Catalunya Caixa y Unimm, antiguas cajas catalanas.
El
beneficio del BBVA en los nueve primeros meses de 2017 ha subido casi un 17% respecto al cosechado en igual periodo del año anterior. La mejora habría sido mayor, casi un 25%, si los tipos de interés se hubieran mantenido constantes.
Tal y como veíamos el jueves con el análisis de la cuentas de Mapfre, la evolución de los tipos no ha favorecido a las entidades que operan en euros y mantienen fuertes inversiones en el exterior.
La mejora ha venido desde el primer y más importante margen de la entidad, el de intereses, que ha crecido, igualmente en comparación con el periodo de enero a septiembre de 2016, en un 4,2% (9,5% sin el efecto de los tipos de cambio) y en el siguiente: el bruto, que lo ha hecho en un 2,6% (7,2% descontado el efecto de marras).
Estos dos márgenes tienen que soportar los gastos generales de la entidad y su morosidad, por lo que su amplitud es una buena medida de la capacidad de la misma para capitalizarse internamente y sobrellevar las turbulencias. Es destacable el crecimiento en un 4,2% de los ingresos por comisiones (dentro del margen bruto) y la reducción de los resultados por las operaciones en los mercados (en ese mismo margen) en un 19,2%.
Esta reducción puede estar explicada por la ralentización en la caída de los tipos de interés, que siempre genera plusvalías en los mercados.
Los gastos de explotación han estado más que contenidos: se han reducido en un 1,7% y ello a pesar de los repuntes de la inflación. La ratio de eficiencia ha mejorado mucho: se encuentra ya por debajo del 50% y se ha reducido, en términos relativos, un 4,4%. La digitalización, o lo que sea, está dando sus frutos.
Las necesidades de provisiones para la cartera de créditos y otros activos financieros, en consonancia con la reducción de la morosidad en el sector, han descendido en un 6,3%. De hecho, la tasa de morosidad ha caído en un 8% en términos relativos y la cobertura de los riesgos dudosos se mantiene. Así que, en resumen, todo bien en el BBVA.
En cuanto a los asuntos que preocupan de manera más tangible al accionista, las noticias son también buenas. El beneficio por acción ha subido un 22,5% en estos nueve primeros meses, y asciende ya a 0,49€ por título.
La rentabilidad por dividendo se ha deterioro en un 45% pero como consecuencia del fuerte incremento del valor de las acciones en los últimos doce meses (40,5%). Al final, y al margen de la política de dividendos, la rentabilidad de los recursos de los accionistas se ha incrementado en casi un 27%, que es lo que importa.
Todo lo anterior se ha logrado con una importante reducción del tamaño del balance (-5,6%) que, ayudada por la menor reducción del patrimonio neto de la entidad (-1,9%) reduce el apalancamiento relativo de la entidad en un 2,3%. Es decir: más beneficio con menor riesgo.
Hay que felicitar a los gestores de BBVA, no cabe duda. Ahora bien, esperemos que tengan un buen plan de contingencias para el caso de que Cataluña tome el camino del incumplimiento reiterado del Derecho. Se comienza no respetando la Constitución y se termina no pagando los créditos y ocupando las viviendas de los bancos.
Rodrigo de Silos
rodrigode@hispanidad.com