Por tanto, y ante la oportunidad histórica de las elecciones al Europarlamento, lo que hay que hacer es recrear una democracia cristiana capaz de defender a la persona, la familia, la libertad religiosa de los católicos -claramente en peligro- y la propiedad privada
La Unión Europea (UE) es «libre de querer» a quien se quiera. Este ha sido el mensaje el jueves de la presidenta de la Comisión Europea, la conservadora (CDU) alemana Ursula von der Leyen, a la decisión de Bruselas de negar fondos europeos a los seis municipios polacos autodeclarados «libres de LGBT». La retención de fondos y el mensaje de Von der Leyen son una clara sanción y advertencia a Varsovia por discriminar al colectivo de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales.
Zonas libres de LGTB no, zonas libres de ideología LGTB, que no es lo mismo
El Parlamento Europeo pretende que se castigue así a los municipios polacos que se oponen al lavado de cerebro (corrupción de menores, que diría Santiago Abascal).
Según publica ABC, la comisaria de Igualdad, la maltesa socialdemócrata (PL) Helena Dalli, informó el martes que el Ejecutivo comunitario había rechazado conceder fondos en el marco de un programa de hermanamiento entre municipios europeos a seis localidades polacas que se habían declarado «zonas libres de la ideología LGBT»: «Los valores de la UE y los derechos fundamentales deben ser respetados por los Estados miembro y las autoridades públicas. Por eso fueron rechazadas las candidaturas», indicó Dalli.
Ya lo hemos dicho, el Nuevo Orden Mundial (NOM) campa a sus anchas en Europa. Sólo dos países -los que más odia George Soros- se resisten a aceptar la tiranía de la ideología de género y se resisten a la perversión de sus infancias: Polonia y Hungría. Que dure y prospere.