- Y no lo tiene fácil, pero Competencia ha dejado sin argumentos su proyecto para frenar a Iberdrola y Endesa.
- El ministro sufrió la primera derrota con el cierre de Garoña: necesitaba más que la actual Ley del Sector Eléctrico.
- La mayoría parlamentaria es contraria a las térmicas de carbón y nucleares, pero el cierre afecta a Asturias y Extremadura, socialistas.
- La CNMC es durísima con Nadal, asegura que se puede prescindir del 30% del carbón, pero "el informe no es vinculante".
El informe de la
CNMC sobre el proyecto de real decreto del Ministerio de Energía para evitar el cierre de
centrales eléctricas era tan esperado como inquietante, no sólo para el ministro
Nadal sino también para las
eléctricas. Para éstas, ingeniaba fórmulas contra la libertad de empresa, pero a Nadal no se le ocurrió otra fórmula para combatirlas.
Nadal sufrió un primer golpe con la clausura de la central nuclear de
Garoña, que no pudo evitar con la actual Ley del Sector Eléctrico, y en segundo con el anuncio de
Iberdrola de cerrar en 2020 las plantas térmicas de carbón de
Lada (Asturias) y
Velilla (Palencia).
Endesa tiene también su propio calendario.
De ahí su proyecto que dejaría en manos del Gobierno la decisión última para autorizar o prohibir el cierre de las plantas que,
a juicio de Nadal, pondrían en cuestión la seguridad del suministro para cubrir la demanda, algo que afecta a la planificación energética, y evitar el aumento de precios.
El
informe de la CNMC sobre el proyecto de real decreto de Nadal, sin embargo, es demoledor en contra de las tesis de Nadal. Básicamente, porque deja sin argumentos la espina dorsal de su propuesta: los
nuevos criterios para denegar el cierre de una planta y el mecanismo de
subasta -lo critica por su complejidad- para ceder la central a terceros.
Es más, la CNMC deja muy claro que esas exigencias, cuyo objetico último está en garantizar la seguridad del suministro y evitar el aumento de precios, chocan con la ley actual española (artículos 53 de Ley del Sector Eléctrico) y la
normativa europea, lo que abre margen a la Administración para "una excesiva
discrecionalidad", al tiempo que crea una "
inseguridad jurídica a las nuevas inversiones". O sea, puede atentan contra libre competencia y la libertad de empresa.
Y eso se añade otra cuestión crucial: la CNMC dice que
no hay problemas de seguridad de suministro a medio y largo plazo, sino todo lo contrario y que, en el peor escenario (con una punta de demanda de 46.000 megavatios), "se podría prescindir sin riesgo de cobertura de 3.000 MW hasta 2020", que equivale a un 7% de la capacidad del sistema o el 30% del parque de carbón actual. Si el escenario es más favorable, del 50%.
A juicio de la CNMC, para tener en cuenta el impacto del cierre de centrales, sería preciso revisar la ley de forma global, incluyendo una metodología de seguridad de suministro, la
hibernación de centrales -que defiende-, el mecanismo de pagos por capacidad y el procedimiento de autorización de nuevas instalaciones.
Ahora bien, el informe de la CNMC es
preceptivo pero no vinculante, como se ha encargado de recordar, este mismo jueves, el presidente asturiano,
Javier Fernández, contrario al cierre de las
plantas térmicas de carbón, por lo que le toca directamente. No obstante, para evitarlo es necesario un
acuerdo del PSOE y el PP.
Hay que tener en cuenta, en cualquier caso, el reparto de fuerzas en el Parlamento, con una
mayoría contraria al carbón y antinuclear, más importante en este último caso por la potencia instalada y las necesidades energéticas que cubre (más del 20% del sistema).
Esa es la verdadera batalla que se avecina, teniendo en cuenta la tramitación de las nuevas licencias para las centrales nucleares, los intereses de las empresas y el impacto en las
economías regionales de los posibles cierres de plantas. Por ejemplo de la central de
Almaraz en Extremadura.
Ya les hemos informado, en este sentido, que
Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, ha propuesto un
cierre ordenado de las centrales nucleares hasta la década 2030, o que una de las
bazas para Nadal de Fernández Vara, el presidente extremeño, para llegar a un acuerdo con el PSOE respecto a las centrales nucleares. Es el apoyo que tiene en Asturias de Javier Fernández, mientras el ministro ha insistido que
no es posible cerrar a la vez el carbón y la nuclear.
Rafael Esparza