• La canciller alemana aprueba una reforma de la ley que entró en vigor hace dos años, pese a las críticas del sector.
  • Ahora sólo tendrán ayudas las empresas con nuevos proyectos seleccionados en concurso público o que no se consideren explotación intensiva.
  • También se limitará la producción anual de las plantas eólicas para evitar la situación de sobrecapacidad.
  • Cambios necesarios para mantener la política energética y adecuar suministro y costos, según el ministro de Economía alemán, Sigmar Gabriel, que habrán gustado a Bruselas.
La canciller alemana, Angela Merkel (en la imagen), ha cometido los mismos errores que España en cuanto a las energías renovables, pues abrió a chorros el grifo de las subvenciones en pro de su política verde. Y también ha acertado ahora, cuando ha rectificado y apuesta por dar menos ayudas a las renovables para que su transformación energética no le salga por un ojo de la cara. En concreto, la canciller ha aprobado una reforma de la Ley de las Energías Renovables (EEG), la cual entró en vigor hace dos años y fue muy cuestionada desde la Comisión Europea. Tras la reforma, las críticas llegan desde el sector… que estaba muy cómodo viviendo de las subvenciones. A partir de ahora, sólo tendrán ayudas empresas con nuevos proyectos seleccionados en concurso público o bien de instalaciones de uso doméstico o que no se consideren explotación intensiva. También se limitará la producción anual de las plantas eólicas para evitar una situación de sobrecapacidad. Unos cambios que el ministro de Economía alemán, Sigmar Gabriel, ve necesarios para poder mantener la política energética, así como adecuar suministro y costos. Además, está convencido de que habrán gustado a Bruselas. Recuerden que, poco después de su llegada al poder en Alemania, en noviembre de 2005, Merkel lanzó su política verde, cuyo objetivo principal era sustituir el carbón y la energía nuclear por las renovables. Tras las catástrofe de la central de Fukushima (Japón), la canciller se puso aún más seria y fijó el apagón nuclear del país para 2022. Claro que esta política de transformación energética está teniendo unos altos costes para Alemania, de ahí la reforma aprobada recientemente que pone coto a las ayudas a las renovables. Pero el Estado germano no es el único afectado: las dos grandes eléctricas del país (E.on y RWE) también se han visto perjudicadas por la política verde de Merkel, así como el plan europeo que pretendía que EDF, E.on y RWE se repartieran el negocio de la energía en el viejo continente. Cristina Martín cristina@hispanidad.com