- Las familias cristianas que huyen del Sinaí narran el terror de los asesinatos a quemarropa, los robos, los incendios.
- Algunos de ellos han combatido en el frente en la Guerra del Sinaí en 1973 y ahora Daesh los tilda de "cruzados".
- En sus casas se leen las leyendas "¡Váyanse!", o amenazas de muerte.
- Las familias viajan divididas en varios automóviles para evitar que todos mueran simultáneamente en caso de un ataque.
- También hay muestras de amistad de los musulmanes de Ismailya.
Como informamos, los
cristianos coptos, que constituyen el 10% de la población de
Egipto, están siendo cada vez más atacados por el
Estado Islámico (Daesh). Así, en diez días fueron asesinadas siete personas: con disparos de armas de fuego, decapitados o quemados vivos.
Por esa razón, se están viendo obligados a huir de la zona. Hoy conocemos nuevos testimonios de esos coptos, gracias a
Asia News.
En poco más de dos días, decenas de familias cristianas –casi mil personas, en su mayoría coptos- han huido de Sinaí del Norte, tras los hechos de violencia sufridos, perpetrados por el Estado islámico, que hace algunas semanas había prometido reforzar sus ataques contra "los infieles de Egipto".
Las familias que huyeron han sido acogidas en Ismailya, en Suez y en El Cairo, y
la gente -cristianos y musulmanes- trata de ayudarlos como sea posible, ya sea alquilando casas, entregándoles ropa o utensilios y ofreciendo su servicio.
Asia News transcribe
testimonios de esos cristianos. Por ejemplo, el de Nabila Fawzi, una copta que huyó de Al-Arich, la capital del Sinaí: "Tocaron a mi puerta a las 10 de la noche. Dos hombres encapuchados le dispararon a mi hijo y entraron por la fuerza, llevando armas automáticas.
Tenían una lista de nombres, de cristianos del barrio. Fueron al dormitorio y le dispararon a mi marido (76 años). Me preguntaron dónde teníamos el oro, pero lo único de oro que yo tenía para darles era mi alianza. Luego prendieron fuego la casa".
Hanna Daniel, fugitiva, explica: "Algún que otro copto de
Al Arich encontró escritas en las puertas de su casa algunas amenazas de muerte, o quizás solamente la palabra "¡Váyanse!". Nos acusan de ser "cruzados". Hemos dejado todo:
tememos por la vida de nuestros hijos, que además van a perder el año escolar".
Un fugitivo, que pidió el anonimato, señala: "Es algo inimaginable! ¿Puede ser posible que para transportar nuestras cosas fuera de la ciudad de Al Arich, tengamos que tener un permiso del intendente para hacer salir el camión?"
Qadri, un copto de Al Arich, apunta: "Ahora estamos en la calle.
Dividí a los miembros de la familia en tres automóviles, por miedo a que mueran todos al mismo tiempo a causa de una explosión o al ser fusilados".
Dra. Zeinab,
una mujer llevando velo que es médico y reside en Ismailya, describe: "Yo soy médica, y me presento como voluntaria para ocuparme de la salud de los ancianos y de los enfermos refugiados en vuestra iglesia. También tengo la posibilidad de conseguir medicamentos".
Un padre de familia que huyó de Al Arich: "Prefiero ir a casa de un amigo mío, para poder dejar el lugar para una familia que busque refugio. Huí con mi mujer y mis tres hijos. El más pequeño, Rami, está acostumbrado a sentir disparos de armas de fuego y explosiones. Pero el mayor,
Jospeph, tiembla con cada estruendo. Decidimos partir sin preocuparnos por todas las pérdidas financieras que tendremos que afrontar".
Oum Ossama, una viuda que huyó de Al Arich: "Mi marido fue asesinado por los terroristas en Al Arich el 9 de enero pasado. Nosotros amamos esta tierra.
Mi marido la defendió de los ataques de los colonizadores israelíes en 1973. No nos merecemos esto".
Otro joven que solicita el anonimato: "Hemos empezado a tener miedo hasta de nuestra propia sombra. Tememos que no sigan y ser abatidos de un disparo por la espalda. Los cristianos han sido puestos en la mira de un modo desgarrador".
Lo dicho en otras ocasiones: urgen oraciones por los cristianos perseguidos por su
fe en Cristo.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com