- Nuevamente, con la coña de que si no se hubieran regalado al Santander, las oficinas no hubieran podido abrir.
- Ya ven: el muerto al hoyo y el vivo al bollo. Como Julio César, también José María Roldán, todos corren presurosos en socorros del vencedor: el Popular estaba quebrado y el Santander le salvó. Por un euro pero asumiendo muchísimos riesgos.
- Y tampoco se moja sobre fusiones, a pesar de que Goirigolzarri hablaba de la excesiva concentración de la banca española.
- La banca digital llegara cuando el cliente lo pida, no cuando el banco lo otorgue.
- Y camina tan deprisa que ya ha conseguido el oligopolio mundial… y camina hacia el monopolio.
- De hecho, Google ya es un monopolio, Facebook también y Amazon está a punto de lograrlo.
El presidente de la patronal bancaria AEB,
José María Roldán (
en la imagen), presidente de la patronal bancaria, ha puesto el dedo en llaga con el título su intervención en seminario de la APIE sobre revolución digital. El título es este: "
Una revolución tecnológica impulsada por la demanda". Y el colofón oculto: y
hasta que el cliente no lo pida no hay demanda ni habrá banca digital.
Y Roldán pone un ejemplo: del cajero automático vino de la oferta. Pero la revolución digital no: procede de la demanda.
En definitiva, que en la revolución digital ocurre como con la democracia. Recuerden aquella película americana en la que un fiscal bramaba de esta guisa: "
A estos japoneses voy a hacerles demócratas aunque tenga que fusilarlos a todos".
Al cliente digital lo mismo: no se le hace digital porque quiera el banco sino
porque quiera el cliente.
Y la revolución digital avanza demasiado deprisa. Y eso resulta peligroso porque representa
la segunda característica de la revolución digital: va tan deprisa que tiene aún más monopolio que la industria y la tecnología tradicionales.
En cualquier caso,
la revolución digital camina tan deprisa que ya ha conseguido el
oligopolio mundial y camina hacia el monopolio.
De hecho, Google ya es un monopolio, Facebook también y Amazon está a punto de lograrlo. Y las 'fintech', el banco-google, hay que regularlas. Sobre todo, en ciberseguridad
y en defensa del consumidor. Ríase usted de la CIA ante los datos privados que de usted y de mí posee Google.
Y en cuanto al consumidor, lo mismo: cómo puede enfrentar un consumidor de Zamora a Amazon el poder mundial del comercio… cuyos jefes no tienen ni idea de dónde está Zamora.
Y vamos con la madre de todas las batallas:
la curiosa subasta nocturna por la que el Banco Popular fue adjudicado al Santander por un euro por una curiosa y sorpresiva crisis de liquidez.
Roldán se resiste a responder. Al final, tras varios requerimientos de varios periodistas, acepta mansamente las tesis oficiales:
el Popular sufría una crisis de liquidez y se solucionó muy bien, en horas, con nocturnidad y gran justicia distributiva.
En definitiva, el muerto, el Popular, al hoyo, y el vivo, el Santander, al bollo. Y el asesino,
el BCE, mata al Popu por liquidez. Precisamente el BCE; responsabilidad otorga liquidez. Ya saben, como
Julio César, todos corremos presurosos en socorro del vencedor.
El problema es que
la tesis de Roldán parte de la premisa de que el Popular era inviable. Sólo hay un problema. Esa premisa era falsa. Y, sobre todo, era falso que el problema fuera de liquidez.
Fusiones: estamos en la liga media del proceso de concentración.
Goiri, por el contrario, opinaba que la banca española estaba ya más que concentrada: no hacen falta más fusiones.
Mensajes de la unión bancaria.
Europa está sobrebancarizada. En España hemos hecho los deberes.
En fusiones no entra. Ese es el problema de José María Roldán: que para ser portavoz del sector es demasiado lacónico.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com