- Además, en el período entre Navidad y Fin de Año más de 500 policías derribaron las estatuas y las cruces diseminadas en una colina.
- Monseñor Neethinathan, obispo de Chingleput, denuncia "el fundamentalismo anti-cristiano del Hindutva".
- Y anuncia una gran manifestación y un ayuno de protesta por esta violación del derecho fundamental a la libertad religiosa y de expresión.
La
Iglesia en la India ha expresado "angustia y sufrimiento" por lo que sucedió el Viernes Santo en Sogandi (Tamil Nadu), donde la
policía interrumpió la celebración de los cristianos dalit e impidió a los fieles subir a la colina adyacente para poder rezar el Vía Crucis.
Mons.
Theodore Mascarenhas, secretario general de la Conferencia episcopal india (CBCI), lamenta en declaraciones a
Asia News que «a la pequeña comunidad de dalit cristianos no sólo les fue impedido honrar el día santo y sagrado para los cristianos de todo el mundo, sino que la ceremonia fue en parte interrumpida en modo forzado y violento por la policía guiada por las autoridades locales (Tahasildar). Los agentes han bloqueado el momento más sagrado de la veneración de la Cruz y la comunión».
El incidente sucedió en el área de Thirukazhukundram, famosa por un templo dedicado al dios Shiva.
Mons. A Neethinathan, obispo de Chingleput, explica que la parroquia de Sogandi pertenece a su diócesis. Esta fue erigida en el año 2007 y dedicada a S. Teresa del Niño Jesús. En la iglesia se reúnen unas 125 familias. Para desarrollar su devoción espiritual, el párroco erigió en la ladera de la colina una estatua de la Virgen María, colocada dentro de una gruta. Según Mons. Neethinathan, «la posición era favorable porque sobre la colina reclama a los fieles de otras confesiones».
Además el obispo recuerda que en el período entre Navidad y Fin de Año del año pasado más de 500 policías -bajo normas del departamento de entradas- llegaron al lugar para demoler las estatuas y las cruces diseminadas en la colina. «El pretexto -agrega- era una presunta ocupación ilegal del terreno. Desde aquel momento la parroquia no logró todavía colocar nuevamente las estatuas». Esto es preocupante, continúa el obispo, «en el mes de febrero todas las piedras de la colina fueron marcadas con un símbolo hindú. La paradoja es que en el otro lado de la colina esté invadido en modo ilegal por más de un templo y por muchas casas en construcción por parte de los pueblos vecinos que divergen de los dalit católicos de Sogandi ya sea por afiliación religiosa o por la identidad de casta».
A la luz de los hechos y por el acto de violencia realizado contra los cristianos en el día de la Pasión de Cristo, Mons. Neethinathan denuncia: «Es claro que el fundamentalismo anti-cristiano del Hindutva y el fanatismo de casta anti-dalit obran en modo sistemático a través de estas movidas planificadas y estimulan una presión no debida sobre los departamentos de policía y de las entradas para poner bajo presión a los católicos locales». Él anuncia que «como protesta contra esta violación del derecho fundamental a la libertad religiosa y de expresión, la administración de la diócesis está organizando una manifestación en larga escala y un ayuno de protesta, con el apoyo y la participación de todas las fuerzas laicas sin distinción de casta, credo o lengua».
Mons. Mascarenhas agrega aquellos que han interrumpido la Misa «tendrían que haber esperado al menos la finalización de las celebraciones y discutir la cuestión con las autoridades eclesiásticas». «Estamos orgullosos de nuestro país-concluye y de su tradición laica de la mayor parte de la comunidad hindú que es mayoría, que siempre nos ha tratado con respeto y benevolencia. Pero en los últimos tiempos algunas fuerzas fundamentalistas están trabajando para disturbar la tradicional paz y armonía. Muchos de nuestros hermanos y hermanas han expresado preocupación por la creciente intolerancia promovida por estas franjas extremistas. Pedimos al Premier y al ministro del Interior y a los líderes de todos los partidos asegurar que todas las personas de este país puedan continuar sintiéndose seguros y puedan gozar del derecho fundamental de profesar la propia fe en libertad y sin miedo».
No obstante, recordemos que en la India prosigue la persecución a los cristianos, que no solo no cesa, sino que va en aumento, sobre todo a raíz de la llegada al poder del partido fundamentalista hindú
Bharatiya Janata Party, el del primer ministro indio,
Narendra Modi, que consiente esa persecución.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com