Una de tantas manifestaciones feministas que se dan últimamente.
No se preocupen tanto del separatismo catalán y ocúpense más del feminismo global. Es un virus mucho más letal. Los separatistas sólo pretenden dividir España, lo que resulta bastante molesto para los españoles. Ahora bien, en primer lugar, están condenados al fracaso y en segundo lugar, el problema independentista es de narcisismo y al narciso lo que no conviene es hacerle mucho caso.
Si Quim Torra se quiere ‘torrar’, se va a ‘torrar’ igual, así que no nos rasguemos tanto las vestiduras.
Sin embargo, las feministas no quieren enervar a España sino a la humanidad, toda entera. Y a fe mía que lo están consiguiendo: la III Guerra Mundial es la de las mujeres contra los hombres, media humanidad contra la otra media.
Hay más mujeres -y luego están los feministos- que han sido alcanzadas por el virus.
Si se trata de una lucha por el poder, ¿por qué habría de cederlo quien presuntamente lo tiene hoy, el varón?
El feminismo es abortista, es decir, homicida y mentiroso. Pero, sobre todo, es una concepción perversa y hasta fascista -o comunista- de la existencia porque todo lo entiende como poder.
Escuchaba a una de las máximas representantes de ONU Mujeres asegurar que se trata de una cuestión de poder: los hombres no quieren ceder el poder.
Ahora bien, si la vida es una lucha de poder: ¿Por qué habría de ceder el hombre? Lo que hará será mantenerlo y aumentarlo, si fuera posible.
El problema, claro está, no es ese. El problema es que la vida no puede ser una continua lucha de poder y que, además, la relación entre poder y realización personal, antes llamada felicidad, resulta, cuando menos, discutible.
Ahora bien, ¿el poder hace la felicidad?
Precisamente el matrimonio consiste en lo contrario: en la entrega del uno al toro. Cada uno de los cónyuges, por decirlo así, renuncian al mando. Y es que, en principio, familia y feminismo son justo lo contrario. Otra cosa es que cuando la familia se malogra se pone en marcha el aserto de Cicerón: la corrupción de lo mejor es lo peor. Ahora bien, en el entretanto, el feminismo, uno de los grandes enemigos de la felicidad humana, campa a sus anchas. Especialmente, en Occidente que es donde mejor se ha tratado siempre a la mujer.
Feminismo: virus letal y global. Una de las mayores amenazas de la humanidad y enemigo encarnizado de la maternidad.