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El PNV ratificó ayer en un documento su apuesta por mencionar en el preámbulo del futuro texto del Estatuto de Guernica la existencia de una «Euskal Herria» conformada por siete territorios, entre los que se incluyen Navarra y el País Vasco francés, informa ABC.
En concreto, el texto para el preámbulo del nuevo Estatuto que presenta este miércoles la formación nacionalista refleja la necesidad de establecer un vínculo de carácter «bilateral» -es decir, de «no subordinación»- entre un País Vasco confederal y el resto del Estado: «La relación será de respeto mutuo […] e incorporará un régimen eficaz de garantías que blindará el autogobierno vasco», sostiene el PNV en su propuesta. Asimismo, aboga por que el nuevo Estatuto autonómico haga referencia a una «Euskal Herria» con «identidad propia» que también engulle a Navarra y el territorio gestionado por la llamada Mancomunidad de Iparralde, que a su parecer poseen un mismo «sentido de pertenencia».
Algo más ambiguo se muestra el partido de Andoni Ortuzar respecto a la celebración de una consulta popular, pues, pese a que afirma que la actualización del autogobierno ha de respetar la legalidad, añade que dicho principio «no debe provocar la vulneración del derecho democrático». En este sentido, defiende que el pueblo vasco tenga capacidad para «expresar y ejercer su voluntad colectiva de cara a la consecución de fórmulas de convivencia acordadas voluntariamente».
El presidente de UPN, Javier Esparza, pidió al PNV y a su versión navarra, Geroa Bai, que «respete la realidad institucional de Navarra y la voluntad mayoritaria de sus ciudadanos, que quieren que Navarra siga siendo una comunidad propia y diferenciada dentro de España y no comparten los postulados del nacionalismo vasco», añade ABC.
Esparza calificó la iniciativa del PNV como «el regalo que nos ha deparado la comparecencia conjunta de Íñigo Urkullu y Uxue Barkos del otro día en Bértiz», en relación al acuerdo presentado conjuntamente para tratar el acercamiento de los presos que presentaron los dos presidentes autonómicos el mismo día que se oficializaba el fin de ETA en Cambo-Les-Bains (Francia).
Por su parte, la presidenta del Partido Popular en Navarra, Ana Beltrán, pidió a los nacionalistas «que se olviden de Navarra para su pretendida construcción nacional». «Hace tiempo que venimos denunciando los intereses comunes de Barkos y de Urkullu de destruir Navarra para convertirla en un apéndice de Euskadi, valiéndose de la lengua, los símbolos y el territorio. Estamos hartos de que desde los partidos nacionalistas se trasladen estas amenazas a nuestra comunidad, intentando vendernos la existencia de una ficticia nación vasca con la que supuestamente se identifica una mayoría de la ciudadanía, lo cual es falso», se quejó Beltrán.
Cabe, para terminar, preguntarse -con Navarra Confidencial- si esto es casualidad, con sólo unos días de espacio entre estos sucesos:
-El anuncio de ETA de disolverse.
-El matrimonio institucional en Bértiz de Iñigo Urkullu y Uxue Barcos.
-La publicación de este documento del PNV reclamando un “nuevo estatus político” para Euskal Herria incluyendo a Navarra en la dote de la novia.