Esto es un aborto.
Una carta de 38 miembros de la Casa de Representantes de los Estados Unidos demuestra cuán desesperados están los defensores del aborto por mantener el lenguaje abortista en código -eufemismos- en un documento que se encuentra en discusión esta semana en la ONU, informa CFAM.
La reunión anual de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW por sus siglas en inglés) comenzó el lunes en Nueva York y los defensores del aborto están fuertemente interesados en mantener la frase “salud reproductiva” en el documento no vinculante.
En la carta –que, reveladoramente, fue puesta en circulación por la gigante abortista Planned Parenthood–, el relativamente pequeño número de congresistas llama a la delegación de los EEUU a trabajar en orden a “políticas accionables” relativas a “servicios de salud reproductiva”. La carta advierte contra los intentos de “echar atrás compromisos internacionales que se encuentran enraizados en los derechos humanos…”.
La carta acusa a la administración Trump de intentar “subvertir compromisos existentes, incluyendo vuestros esfuerzos por quitar las referencias a servicios de salud sexual y reproductiva y derechos reproductivos”.
La lucha en la ONU sobre la “salud reproductiva” tiene más de veinte años. El término fue creado por defensores del aborto como una manera de promover el aborto sin usar la palabra aborto, y como una manera de engañar incluso a los defensores pro-vida. El término también fue impulsado como una manera de crear una nueva norma de aborto, un esfuerzo que, en gran medida, ha fallado, dado que no hay tal acuerdo entre las naciones del mundo.
Los líderes pro-vida en la ONU han resistido consistentemente el término, pues, en la Plataforma de Acción de Cairo, la frase incluye abiertamente el aborto, aunque con importantes cualificaciones.
Al momento de esta redacción, el documento de la CSW contiene varias referencias a la “salud reproductiva”, pese a que varias delegaciones, incluidos los EEUU, han hecho llamados para eliminarla. Esto ha incitado en los defensores del aborto del Congreso de los EEUU un estado de agitación.
La carta también advierte a la Embajadora de los Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, de no intentar echar atrás los logros para el colectivo LGTBI. De hecho, prácticamente no ha habido avance en derechos exclusivamente para homosexuales en la ONU. Las personas con atracción por el mismo sexo ya están cubiertas por todos los tratados de derechos humanos. Durante décadas, los defensores de los LGBTI han intentado crear una categoría única de no-discriminación relativa a la “orientación sexual e identidad de género” (OSIG). Sin embargo, la OSIG no aparece en ningún documento vinculante y solo en unos pocos documentos que llaman a la investigación sobre la violencia. No se espera que los derechos homosexuales aparezcan en el documento que está siendo negociado.
La reunión anual de la CSW se encuentra entre las más controvertidas del año, dado que atrae a miles de activistas que la ven como el vehículo para impulsar una versión radical del feminismo en políticas sociales. El documento producido, sin embargo, no tiene efecto vinculante y los gobiernos quedan en libertad para ignorar las conclusiones acordadas en él.
En definitiva, el Nuevo Orden Mundial, empeñado en promocionar desde la ONU el aborto y la ideología de género, ambos contrarios a la ley natural.