• Fomento abre la mano a que los italianos compitan con Florentino (ACS).
  • Nadal retrasa el visto bueno en la parte de Hispasat, estratégica también.
  • Y queda por despejar el frente de los tribunales con un recurso contra la CNMV.
  • Todos los retrasos desgastan a los italianos… y el Gobierno, encantado.
El Consejo de Ministros ha autorizado, este viernes, la OPA de Atlantia por Abertis en la parte que afecta al Ministerio de Fomento, el negocio de concesiones de autopistas, o lo que es lo mismo, sin Hispasat, activo estratégico como el anterior, pero que depende del Ministerio de Energía. Se repite así el proceso seguido por el ministro De la Serna (en la imagen) con ACS, a través de filial alemana Hochtief, pero con un retraso en las fechas, debido a que la italiana solicitó la autorización de Fomento el 21 de diciembre. Las argumentos para ACS, en cualquier caso, se repiten ahora para Atlantia sobre el cumplimento de requisitos técnico y de solvencia que marca la ley, como explica Fomento en un comunicado. Queda pendiente la posición de Energía sobre un desenlace en Hispasat, donde tiene derecho de veto, aunque el operador de satélites no juega en esta historia ni para ACS ni para Atlantia, mientras Abertis ya tiene un arreglo para venderlo a Red Eléctrica. No obstante, Nadal no ha autorizado aún ni la salida de la francesa Eutelsat por cuestiones administrativas. Queda pendiente también otro desenlace colateral que tiene su aquel. El la decisión final sobre un recurso contencioso administrativo contra la CNMV por aprobar, en octubre, el folleto de OPA de Atlantia antes de la autorización del Gobierno, que provocó sendos requerimientos de Fomento y Energía, a los que el regulador contestó ratificando la decisión. Nadal y De la Serna tienen de plazo hasta el 8 de marzo para decidir qué hacen. A pesar de lo dicho por Luis de Guindos sobre la "convergencia de planteamientos" para no presentar ese recurso, lo cierto es que la bofetada del regulador no sentó nada bien al Gobierno y todas las opciones están abiertas. El efecto, en cualquier caso, es que el proceso se dilata y eso dispara los costes financieros para Atlantia y ACS, con otro efecto colateral: la posible venganza de los fondos con ventas del valor. Rafael Esparza