Comienza Otro juicio de los hermanos de Isidoro contra sus hijas
Inversiones Isidoro Álvarez SA (IASA) es la sociedad del anterior presidente de El Corte Inglés (ECI), que posee el 22,5% del capital de los grandes almacenes. En esa sociedad, las hermanas Marta y Cristina Álvarez Guil poseen el 66% de la propiedad, pero votan por el total del 22,5%. El resto del capital lo tienen Dimas Gimeno y los dos hermanos vivos de Isidoro Álvarez: César y María Antonia.
Pues bien, estos dos han presentado una demanda contra una reducción de capital de 140 millones de euros que habían salido de IASA y pasado a manos de sus socios - presuntamente, claro- las hermanas, Marta y Cristina. Esto, sin saberlo, aseguran César y María Antonia Álvarez, los minoritarios de IASA.
Vista preliminar: el próximo lunes 15 en el juzgado número 7 de los Mercantil.
El horizonte judicial parece interminable
Ojo, de esos 140 millones de euros, 50 son legados. Eso significa que quedan 90 millones que César y María Antonia Álvarez exigen sean devueltos a IASA, porque ellos son los propietarios de 30 de esos 90 millones. Tranquilos, que este juicio es complejo y va para largo.
Ahora bien, lo importante es que el horizonte judicial de El Corte Inglés precisa de varios artículos solo para resumirse, así como el enfrentamiento entre las hijas de Isidoro Álvarez y sus hermanos.
Sobre todo, porque un juzgado ha admitido a trámite una demanda contra la adopción de las hermanas Marta y Cristina Álvarez Guil y eso ya tocaría el nudo gordiano de propiedad de El Corte Inglés. Palabras mayores. Y ahí también hay novedad. La demanda presentada por María Antonia Álvarez contra Marta y Cristina ha sido admitida a trámite, como anticipara Hispanidad. Pues bien, Marta y Cristina han pedido prórroga al juez antes de empezar el partido.
En cualquier caso, el horizonte penal parece interminable.
Recuerden que también está en curso la querella del expresidente Dimas Gimeno contra el responsable de seguridad de el Corte Inglés, Juan Carlos Fernández-Cernuda.
Los sucesores de Isidro Álvarez no han comprendido aquello de que más vale un mal acuerdo que un buen pleito.