El servicio de estudios de Enraizados registró 57 ataques concretos a la libertad religiosa, especialmente contra los católicos, pero también contra la minoría musulmana uigur
La Asociación Enraizados ha elaborado un informe para evidenciar los ataques al cristianismo (y al catolicismo en particular), por parte de la dictadura comunista china. Ataques que no han sido frenados por la firma del acuerdo entre China y la Santa Sede, sino que se han recrudecido con la persecución y la detención de Obispos y sacerdotes, laicos y monjas.
A pesar del hermetismo existente en el país oriental, el servicio de estudios de Enraizados ha podido tener noticias de 57 ataques concretos a la libertad religiosa, que ha clasificado en 4 categorías.
Por un lado, once ataques a miembros ordenados de la Iglesia católica, incluyendo 5 Obispos (Mn.Vincent Guo Xijin de Mindong, provincia de Fujian; Mn. Augustine Cui Tai, de 70 años, de la iglesia clandestina de la diócesis de Xuanhua, provincia de Hebei; Mons. Juan Peng Weizhao de Jiangxi, la Iglesia subterránea de Yujiang; Mn. Jia Zhiguo, de Zhengding y Monseñor Ma Daqin de Shangay), detenidos o con movimientos restringidos, que se ven privados de la necesaria libertad no solo para ejercer su Ministerio sino para la vida cotidiana.
Además, trece ataques a lugares de culto, con medidas generales arbitrarias que tratan de limitar la participación en los actos litúrgicos, y con acciones concretas de destrucción de cruces, cierre de locales, etc.
Por otra parte, seis ataques a fieles sencillos a los que se les retiran las ayudas públicas necesarias para su subsistencia por el mero hecho de permanecer en la Iglesia y no renegar de su fe.
Y, por último, 27 ataques de adoctrinamiento a la población o que pretenden dificultar la práctica de la propia fe.
Por todo ello, el presidente de Enraizados, José Castro Velarde, ha denunciado la situación de China: “La violación de los derechos humanos en China, ejecutados y maniobrados por el partido comunista son tan aberrantes y vergonzosos que sorprende que Occidente, cimentado en valores ‘judeocristianos’, los acepte”.
Pedimos al Gobierno de España que se una a estos países en la defensa de esta minoría religiosa y de todos los que en China sufren persecución por su fe. El Gobierno chino los persigue porque tiene miedo a la libertad que la fe implica" concluye Castro Velarde
Además, Castro Velarde, alerta de que lo que sucede en China nos afecta más directamente de lo que podría, a priori, parecer: "China se ha abierto parcialmente al mercado y ha conseguido un gran desarrollo. Su peso en el mundo cada vez es mayor. Y no solo nos quieren llenar de sus productos sino también de su filosofía de vida, con un mayor intervencionismo y control social".
Es de destacar, aparte de los ataques a católicos ya detallados, la persistencia del genocidio en la ciudad de Xinjiang de la minoría musulmana uigur. Crueles métodos se han llevado a cabo por parte de las autoridades chinas, para diezmar esta minoría: Campos de internamiento, torturas, trabajo forzado, esterilización forzada, niños separados de sus familias o la destrucción de mezquitas.
Este genocidio ha sido denunciado por distintos Gobiernos como el australiano, el canadiense, el holandés y el americano. "Pedimos al Gobierno de España que se una a estos países en la defensa de esta minoría religiosa y de todos los que en China sufren persecución por su fe. El Gobierno chino los persigue porque tiene miedo a la libertad que la fe implica" concluye Castro Velarde.