• El segundo grupo francés se debate para simplificar su estructura de mando, demasiado compleja.
  • Paralelamente, los 39 bancos regiones (dueños del 56% del capital) creen que hay que volver al negocio tradicional.
  • Nada fácil, cuando el 46% cotiza en bolsa.
  • Todavía digiere algunas operaciones fallidas en Portugal (BES), Grecia (Emporiki) e Italia, donde sigue con Cariparma.
  • Crédit Agricole ganó 2.340 millones de euros en 2014, un 6,8% menos, gracias al resultado en el cuarto trimestre.

La presentación este miércoles de los resultados de 2014 de Crédit Agricole no ha sido una cita más sino una escenificación del cambio que viene. La entidad cierra, por un lado, el final de una etapa, la que concluye con el gobierno de Jean Paul Chifflet (en la imagen), ceo desde 2010, pero se abre a una nueva en la que tendrá que continuar la senda del saneamiento iniciada por Chifflet y lo más complejo, decidir cómo simplifica su estructura de dirección. No hay que olvidar que el 56% del capital de Crédit Agricole está en manos de 39 bancos cooperativos franceses y un 46% cotiza en bolsa. Hablamos, por tanto, de un gran grupo financiero francés, con vocación de liderazgo fuera de sus fronteras y al que no le han salido bien, en ese mismo sentido, algunas de sus últimas apuestas, como sus participaciones en bancos portugueses o griegos. Pero el grupo es muy grande -el segundo francés por activos- y está muy instalado en el medio rural francés (nueve de cada diez agricultores galos son clientes de Crédit Agricole).

Todo lo anterior ayuda a entender la expectación que había sobre quién sucedería a Chifflet, pero la decisión se retrasa. Se comunicará, en principio, la próxima semana. El candidato más claro es Philippe Brassac, actual secretario general de la Federación Nacional de Credit Agricole (FNCA), y favorito del accionista mayoritario, los bancos regionales.

Y es que con la etapa de Chifflet concluye un periodo de sobresaltos. La entidad cerró el año con beneficio de 2.340 millones de euros, un 6,8% menos que en 2013, pero en el último trimestre lo mejoró un 13%, hasta 697 millones. Con la cifra de negocios sucede lo contrario: mejoró un 1% en el conjunto del año (hasta 15.853 millones), pero retrocedió un 2% en el último tramo (hasta 3.894 millones). También es reseñable que sus provisiones por riesgos hayan descendido un 23,8%, hasta 2.204 millones.

El debate en Crédit Agricole, como explica Wall Street Journal o Le Figaro está en cómo conciliar las aspiraciones para aumentar el negocio bancario con el espíritu cooperativo de las entidades regionales, que opinan que Crédit ha corrido demasiado olvidando su mercado tradicional. La estructura directiva, según los analistas, es demasiado compleja y ven, de hecho, una gobernanza con dos cabezas, precisamente porque el 56% es propiedad de los bancos cooperativos y el resto está en bolsa.

Y en el fondo del discurso, cómo no, están también las operaciones que le han debilitado: las pérdidas por las subprime y las adquisiciones fallidas en el sur de Europa. Finalmente, pudo desprenderse del griego Emporiki y cancelar su arriesgada participación en el rescatado Banco Espírito Santo (BES). Pero podría seguir sufriendo en Italia con Cariparma, en el que ha tenido que provisionar este año 141 millones, el 9% más. En España, sin embargo, acertó con Bankoa, que no le ha dado problemas, aunque intentó también el asalto cuestionable a Bankinter.

El modelo cooperativo francés tiene algunos parecidos con el modelo español, en el que los actores se reparten entre las distintas cajas rurales. En nuestro país hay en total 63 cooperativas de crédito: cuatro profesionales laborales y 59 cajas rurales. Entre estas últimas, 40 son cajas individuales (algunas muy pequeñas, como la de Vinaroz), que conviven con pros y contra en la Asociación Española de Cajas Rurales, y las 19 agrupadas en Cajamar, que sí consolidan, a diferencia de las anteriores, en el grupo. Lo más parecido al modelo francés sería el Banco de Crédito Cooperativo (BCC), creado por Cajamar, pero que ni cotiza ni espera hacerlo a corto plazo. En el BCC están además como accionistas 13 de las cajas individuales.

Rafael Esparza

rafael@hispandidad.com