Consejo de Ministros del viernes 22 de marzo
Consejo de Ministros del viernes 22 de marzo. Me ha recordado lo de aquella academia para torpes que se presentaba con este lema: “Tú aprobarás aunque no quieras”. El Gobierno Sánchez, con ese inconfundible aroma adolescente que le adorna, ha inventado otro slogan: “Tú no serás pobre, aunque quieras”. De acuerdo, es falso, pero también lo era el lema de la precitada academia.
El consejo de este viernes pasó por la incombustible Isabel Celaá, acompañada por la titular de Economía, Nadia Calviño, que Sánchez necesita para dar a su Ejecutivo una patina de seriedad en Bruselas. Ya saben que para Bruselas sólo existe un tipo de seriedad: la del buen burócrata. Y mi paisana, María Luisa Carcedo, titular de Sanidad, cuyo principal objetivo político consiste en que ningún español pese ni un gramo más que ella.
Naturalmente, doña Isabel sigue el guión sin desviarse un milímetro, al igual que hacemos los periodistas, tan amantes de la originalidad… que las preguntas siempre comienzan y terminan… ¡en Cataluña!
¿Y si dejamos de hablar de Cataluña?
Pero algún contenido debía tener el Consejo de Ministros y el de hoy era, también, extraordinariamente original: un plan contra la pobreza dentro de la estrategia nacional para luchar contra la pobreza.
No he contado las veces que en menos de 10 meses de Gobierno Sánchez nos ha vendido este plan, pero el contenido siempre es el mismo: subvenciones a un colectivo dado y, por cierto, escasitas. Tal vez parece que el Gobierno presenta muchos planes contra la pobreza, pero me temo que se trata de un ‘déjà vu’.
Para que la gente salga de impecune, lo único que tiene que hacer el Gobierno es no molestar
Y lo importante: el espíritu onegero de Pedro Sánchez le incapacita para comprender que, contra la pobreza no se lucha con subvenciones públicas, sino con oportunidades para lo privado. Y esas no las crea el Estado. Para que la gente salga de pobres lo único que tiene que hacer el Gobierno es no molestar. Por ejemplo, con impuestos y con permisos. Además, las subvenciones siempre resultan injustas. Por lo general se concretan en alimentar vagos. En cualquier caso, el reparto de la miseria.
Además, las subvenciones siempre resultan injustas. Por lo general se concretan en alimentar vagos
Calviño presenta una cuenta bancaria sin gastos. Una buena idea, aunque no sé yo si contribuirá a esa huida hacia adelante de los bancos para compensarlos. Y ya se sabe que cuando un banco quiebra, el que quiebra es usted, que tendrá que pagar los gastos. Pero bueno, no es para tanto. Es, sencillamente, otra medida que no saca de la pobreza. Ya se sabe que “tiempo de rojos, hambre y piojos”.